Murió Yves Saint Laurent


Yves Saint Laurent (I) junto a Claudia Schiffer (C) y Carla Bruni (D), durante la presentación de la colección del diseñador en la temporada otoño/invierno 96-97. El modisto argelino murió ayer a los 71 años de edad.

Yves Saint Laurent, el modisto que dio nuevos aires de libertad a la mujer y creó un estilo de éxito que mezcla feminidad y masculinidad, murió ayer en Parí­s a los 71 años.


Saint Laurent, cuyos trajes-pantalón negros y chaquetas safari se convirtieron en un icono de la liberación de la mujer en los años 60, falleció a causa de un tumor cerebral, indicó su ex amante y socio durante más de 40 años, Pierre Bergé.

La salud del diseñador habí­a empeorado en los últimos meses, hasta el punto de que ya no acudí­a a la sede de su firma de moda, en la elegante Avenue Marceau de Parí­s, transformada en fundación en 2004.

Las exequias de uno de los hombres más influyentes de la moda del siglo XX tendrán lugar el jueves por la tarde en la iglesia Saint-Roch de Parí­s, en vez del viernes como se habí­a informado anteriormente, explicó Bergé.

Saint Laurent se retiró de la alta costura en 2002, después de cuatro décadas en la cumbre, vistiendo a figuras como Catherine Deneuve, Paloma Picasso, Bianca Jagger o Lauren Bacall.

«Fue el primero en poner pantalones a la mujer, el primero en ponerles esmoquin, el primero en ponerles ropa masculina, el primero en emplear a modelos negras», dijo Bergé. «Era audacioso, revolucionó el mercado», añadió.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que «desaparece uno de los más grandes nombres de la moda, el primero que hizo de la alta costura un arte dándole un alcance planetario».

El hombre que hizo lucir sobre las pasarelas a top-models como Jerry Hall, Claudia Schiffer, Laetia Casta o la actual primera dama francesa Carla Bruni fue «uno de los mejores diseñadores, uno de los pocos que alcanzaba la perfección con cada cosa que tocaba», declaró la modista británica Vivienne Westwood.

Franí§ois Pinault, patrón del imperio de moda PPR, afirmó que «Yves Saint Laurent lo inventó todo y lo transformó todo al servicio de la pasión, para que la mujer brillara y liberara su belleza y misterio».

En 2002, Saint Laurent señaló que siempre habí­a dado «la mayor importancia al respeto» por la moda, que «no es exactamente un arte, pero que necesita un artista para existir».

Uno de los pocos diseñadores que dominaron la moda del siglo XX – junto a Christian Dior, Coco Chanel y Paul Poiret – Yves Henri Donat Mathieu Saint Laurent nació en Orán (Argelia) el 1 de agosto de 1936.

Ese niño, tí­mido, solitario, se fascinó muy pronto por la ropa. Cuando llegó por primera vez a Parí­s en 1953, a los 17 años, ya contaba con un sólido cuaderno de bocetos bajo el brazo.

En pocos meses, se ganó el respeto de figuras como Michel de Brunoff, el entonces redactor en jefe de la revista Vogue, que publicó sus modelos.

Un año después, Saint Laurent ganaba en tres de las cuatro categorí­as de un concurso de diseño en Parí­s.

De Brunoff recomendó a Christian Dior que lo contratara y su escalada fue tan rápida que Saint Laurent pasó a dirigir la firma a la muerte de Dior, tres años después.

En 1960, la guerra de independencia de Argelia lo llamó al campo de combate, del que pudo salir tres semanas después por motivos de salud. No obstante, de regreso a Parí­s, Dior ya le habí­a encontrado un sustituto, Marc Bohan.

Con su socio Bergé, Saint Laurent resolvió instalarse entonces por su propia cuenta.

El éxito del diseñador francés residió siempre en la armoní­a que alcanzó entre el cuerpo y la prenda, lo que bautizó como «el silencio total de la ropa».

También supo estar en el momento preciso en el lugar adecuado. Fundó su firma a principios de los 60, cuando el mundo estaba cambiando, hambriento de originalidad.

Saint-Laurent emergió en un mercado joven de cultura pop alimentado por el boom económico y en un momento en que las mujeres encontraron nuevas brechas de libertad. Sus colecciones traspasaron fronteras e inspiraron a artistas como Picasso, Mondrian y Andy Warhol, con quien fue visto en varias ocasiones, así­ como con el bailarí­n de ballet Rudolf Nureyev.

Su nombre y su logo YSL se convirtieron en sinónimos del último grito y fueron acompañados por la temprana creación de la marca y perfume Rive Gauche, todo un éxito.

En los años 60 y 70, dominó la moda en todo el mundo, penetrando en el mercado japonés, primero, y surcoreano y taiwanés, después.

Pero su carrera también estuvo salpicada de controversia. En 1971, una colección inspirada en el estilo de la Segunda Guerra Mundial fue apabullada con crí­ticas estadounidenses mientras que su perfume «Opium», lanzado a mediados de los 70, le valió acusaciones de estar alentando el consumo de droga.

Para su colega Christian Lacroix, la clave de su éxito fue su extraordinaria versatilidad.

«Chanel, Schiaparelli, Balenciaga y Dior hicieron cosas extraordinarias. Pero trabajaron con un estilo particular». «Saint Laurent es mucho más versátil, como una combinación de todos ellos», dijo Lacroix.

En sus últimos años, la depresión que le habí­a acompañado durante toda su vida se volvió más opresiva y en su despedida de 2002 aseguró haber recurrido a «esos falsos amigos, los tranquilizantes y los narcóticos».

«Siempre he dado la mayor importancia al respeto por la moda, que no es exactamente un arte, pero que necesita un artista para existir».

Yves Saint Laurent

Tributo


Diseñadores de todo el mundo homenajearon hoy a su colega francés Yves Saint Laurent.

«Saint Laurent fue uno de los mejores diseñadores, uno de los pocos que alcanzaba la perfección con cada cosa que tocaba», declaró la modista británica Vivienne Westwood.

Para el diseñador Christian Lacroix, la clave de su éxito fue su extraordinaria versatilidad.

«Chanel, Schiaparelli, Balenciaga y Dior hicieron cosas extraordinarias. Pero trabajaron con un estilo particular», dijo Lacroix. «Saint Laurent es mucho más versátil, como una combinación de todos ellos», apostilló.

El francés Jean Paul Gaultier subrayó que el diseñador fue su «í­dolo» un «modelo para ser seguido», mientras que el italiano Valentino habló de él como un «gigante» con una «imaginación sin lí­mites».

Valentino y Saint Laurent estudiaron juntos en Parí­s, donde compartieron «fiestas interminables» en el famoso Café de Flore, en palabras del italiano.

Karl Lagerfeld, durante muchos años gran rival de Saint Laurent, no quiso comentar su muerte.

«Lo quiero recordar no sólo como el mayor estilista de su época sino también como era hace 20 años, cuando lo visité en su residencia de Marrakech», aseguró por su parte Giorgio Armani.

«Lamentamos no haberlo conocido personalmente, nosotros que hemos aprendido tanto de él, que nos ha inspirado tantas veces, millones de veces», reconocieron los estilistas Domenico Dolce y Stefano Gabbana.

El grupo Gucci lamentó la desaparición del modisto, que «desafió las reglas de la moda inventando nuevamente la elegancia francesa. Su muerte deja un enorme vací­o y también una herencia sublime».

Por su parte, la primera dama francesa y ex modelo para Saint Laurent, Carla Bruni, aseguró «sentir un gran pesar» por el fallecimiento de este «artista, de este ser humano excepcional», según un comunicado oficial.

El Financial Times escribió que «la muerte de Yves Saint Laurent nos permite evocar cómo revolucionó la vida de las mujeres trabajadoras con traje pantalón. (La precandidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos) Hillary Clinton tiene una buena razón para sentirse agradecida con Saint Laurent».

La modelo «Mounia», una de las «protegidas» del francés y una de las primeras top-models negras, dijo que el modisto «revolucionó el color negro». «Me hizo sentir orgullosa de mi color», declaró.

Hanae Mori, una de las diseñadoras japonesas más prominentes y la única mujer asiática aceptada como miembro de pleno derecho en la exclusiva Federación francesa de Alta Costura, se mostró «conmocionada» por su muerte.

«Antes que nadie, entendió lo que era la nueva mujer. Diseñó pantalones muy cómodos para las mujeres trabajadoras» y «al mismo tiempo sofisticados», subrayó.

Incluso diseñadores que nunca apreciaron especialmente su estilo vanguardista aplaudieron la faceta visionaria de Saint Laurent destinada a una mujer que disfruta de su independencia económica y se viste de forma funcional sin obviar el componente femenino.

«Cuando se lanzó el primer traje pantalón, no me gustó, porque pensé que ocultaba las piernas de la mujer, uno de sus atributos más sexys», admitió el diseñador nipón Jun Ashida.

Pero Saint Laurent «tení­a un ojo penetrante sobre la mujer trabajadora. Previó acertadamente los nuevos tiempos y movió al mundo. Es el emperador del mundo de la moda», afirmó Ashida.

La redactora en jefe de la revista británica Vogue, Alexandra Shulman, destacó que el modisto francés contribuyó a democratizar la moda.

Antes de Saint Laurent, la moda sólo tení­a cabida en «pequeños salones para gente rica», declaró a la BBC Shulman. El francés «la llevó a la gente. Era joven y genial. Las estrellas del pop salí­an con él y las jóvenes generaciones se relacionaban con él», apostilló.

Franí§ois Pinault, patrón del imperio de moda PPR, afirmó que «Yves Saint Laurent lo inventó todo y lo transformó todo al servicio de la pasión, para que la mujer brillara y liberara su belleza y misterio».

La diseñadora australiana Collette Dinnigan, conocida por sus vestidos ceñidos de gala que han vestido a grandes actrices de Hollywood como Nicole Kidman y Cameron Dí­az, calificó de «genio» a Saint Laurent.

Su muerte es «una tragedia», «fue un diseñador icono», declaró Dinnigan a la agencia de noticias australiana AAP.