Maurilio Alejandro Yaxcal será recordado por su obra que hablará al futuro. Ocupará sitio en su familia, la APG, ACD, ARAV y otras asociaciones donde fue impulsor. Sencillo, amable, respetuoso, infatigable y dueño de voluntad de servicio, profesó gran amor a Guatemala.
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Honesto, de principios morales acendrados, que practicó sin reticencias, apasionado por desenvolverse en los medios de comunicación social y eventos deportivos. Consciente de contribuir con entusiasmo, a sabiendas que ello es piedra angular en la construcción del progreso del país.
Su tierra la compartió entre Senahú, San Pedro Carchá y Cobán, del norteño departamento de Alta Verapaz, como sus afectos. Desde allá datan las actividades que desplegó sin horarios fijos. Cualquier motivo en favor de causas meritorias lo constituyó en un peón incondicional con denuedo.
Las consiguientes justificaciones a título de legitimidad tras la superación personal fueron objeto de su traslado al alero capitalino, para abrevar en fuentes propicias del entorno citadino. Satisfizo así planes y proyectos que alcanzó a base de quemarse las pestañas directamente.
Hicimos amistad sincera cuando era vecino carchaense, coyuntura que después consolidamos en función de vecinos de la metrópoli chapina. Todo a merced de su labor infatigable, en la mira de enrolarse en diversos eventos que tuviesen el miraje hacia la región verde de Alta Verapaz.
Su empeño consistió en divulgar los valores del terruño que para Maurilio eran los dieciséis municipios heredad de las etnias quekchí y pocomchí, ligados al cacique Don Juan Matalbatz y al prócer Manuel Tot. Difundió eso a través del lente mágico de su cámara y El Heraldo Verapacense, su director.
Así como dio de sí en favor de su departamento querido, también recibió numerosos diplomas, preseas y testimonios de reconocimiento a su trabajo. Maurilio fue ejemplar, tanto como para preguntarse qué hacía a fin de enrolarse en tanto. Una severa enfermedad minó su organismo hace días, a finales de enero. ¡Que descanse en paz! ¡Resignación a sus deudos!