Murió Mama ífrica


La sudafricana Miriam Makeba ofrece un concierto en Olympia, Parí­s, Francia, en un homenaje a Nelson Mandela. La cantante, más conocida como Mama ífrica, murió hoy a los 76 años de edad.

La cantante sudafricana Miriam Makeba, de 76 años, conocida en todo el mundo como «Mama ífrica», falleció hoy en la madrugada de paro cardiaco después de participar en un concierto a favor del escritor Roberto Saviano, amenazado de muerte por la mafia.


Un hombre ofrece una carta y una rosa en las afueras del hospital Pineta Grande, donde murió Makeba.

Voz legendaria del continente africano y un sí­mbolo de la lucha contra el régimen del apartheid, Miriam Makeba se encontró mal después de haber cantado media hora en un concierto dedicado al joven autor del libro «Gomorra» en Castel Volturno, cerca de Nápoles (sur).

«Fue la última en salir al escenario, después de otros cantantes. Hubo un bis y en ese momento alguien preguntó si habí­a algún médico entre el público. Miriam Makeba se habí­a desmayado y estaba en el suelo».

Trasladada rápidamente a una clí­nica de Castel Volturno, falleció poco más tarde a resultas de un paro cardiaco, según la prensa italiana.

Un millar de personas habí­a asistido a este concierto contra la mafia, en una localidad considerada un bastión de la Camorra, la mafia napolitana, donde seis inmigrantes africanos y un italiano fueron asesinados en septiembre pasado en circunstancias no dilucidadas.

En «Gomorra», Roberto Saviano sumerge al lector en el imperio de la Camorra con sus tráficos, sus jefes y sus clanes. El libro, traducido a cuarenta idiomas, fue adaptado para el cine y obtuvo el premio del jurado en el último festival de Cannes antes de ser elegido para representar a Italia en los Oscar.

Miriam Makeba, que nació el 4 de marzo de 1932 en Johannesburgo, habí­a aceptado participar en este concierto dedicado a la lucha de Roberto Saviano, acompañada por sus siete músicos.

Makeba habí­a visto como se volcaba el destino de su paí­s en 1947 con la llegada al poder de los nacionalistas afrikáners. A los 27 años se marchó de Sudáfrica por necesidades de su carrera, tras lo cual se le prohibió la entrada en el paí­s por su compromiso con la postura antiapartheid.

Fue un exilio que duró 31 años y que la llevó a vivir en diferentes lugares entre Europa y Estados Unidos. La cantante tení­a mucho éxito, aunque su matrimonio en 1969 con el lí­der de los Black Panthers Stokely Carmichael, del que se separó en 1973, no acabó de gustar a las autoridades norteamericanas que la forzaron a emigrar a Guinea.

Después de la muerte de su hija única en 1985, volvió a vivir a Europa, pero en 1990, Nelson Mandela consiguió convencerla de que regresase a Sudáfrica.

Miriam Makeba recibió un premio de la Orden francesa de las Artes y las Letras en 1985 y en 1990 recibió la nacionalidad francesa.

SEMBLANZA


La legendaria cantante sudafricana Miriam Makeba, fallecida en Italia en la madrugada de hoy a los 76 años de edad, fue una de las grandes voces que lucharon contra el apartheid, un compromiso que pagó con más de 30 años de exilio.

Nacida en Johannesburgo el 4 de marzo de 1932, hija de una madre de etnia suazi y de un padre xhosa, Makeba, quien dijo no haber cantado nunca «a la polí­tica, sino a la verdad», comenzó a cantar muy pronto en bodas y otras ceremonias.

Su carrera internacional se inició cuando, con 20 años, se unió al grupo sudafricano The Manhattan Brothers. Fue entonces cuando adoptó el nombre de Miriam, en detrimento de su nombre original zulú Uzenzile. Posteriormente formó su propio grupo, integrado exclusivamente por mujeres, Skylarks.

Inició una gira internacional en 1959 y un año más tarde tuvo conocimiento, durante el festival de Venecia, que las autoridades sudafricanas la desposeyeron de su nacionalidad por participar en el documental antiapartheid «Come Back Africa».

Refugiada primero en Londres, Makeba se instaló posteriormente en Estados Unidos, donde se hizo célebre gracias a su canción «Pata Pata», escrita en 1956 y que hizo vibrar a varias generaciones en todo el mundo.

Reconocida por su capacidad para mezclar blues, gospel y jazz con ritmos tradicionales africanos, Makeba conoció el éxito definitivo con «The Click Song» y «Malaika», dos de los más de 30 discos que publicó durante su carrera.

Sus canciones, sin embargo, fueron prohibidas en Sudáfrica por su denuncia del régimen racista sudafricano ante la ONU en 1963.

La voz de Makeba celebró todas las independencias del continente africano, por lo que fue conocida como «Mama Afrika». También cantó, junto con su mentor Harry Belafonte, en el cumpleaños del presidente estadounidense John F. Kennedy en 1962, recordado por la sensual interpretación del «Happy Birthday Mr President» de Marilyn Monroe.

En 1966, recibió un premio Grammy por su disco «An evening with Harry Belafonte and Miriam Makeba».

En Estados Unidos, Makeba se sintió próxima de cantantes como Nina Simone y Dizzy Gillepsie.

Durante los años 70 y 80, Makeba cantó por todo el mundo, participando en prestigiosos festivales de jazz. En 1987 formó parte de la gira Graceland del cantante Paul Simon. Poco después publicó su autobiografí­a «Makeba: mi historia».

Vivió primero con el trompetista de jazz sudafricano Hugh Masekela y posteriormente con el lí­der del movimiento del Black Power, Stokely Carmichael. La pareja fue calificada como indeseable por las autoridades norteamericanas y ambos se refugiaron en Guinea, aunque se separaron en 1973.

La hija única de Makeba, Bongi, que tuvo a los 17 años de una primera unión, murió en ese paí­s en 1985, y luego de su fallecimiento, Makeba se instaló en Bruselas.

Persuadida por Nelson Mandela, en 1992 regresó definitivamente a su paí­s, instalándose en las afueras de Johannesburgo. Allí­ continuó luchando contra las injusticias y fundó un centro de rehabilitación para adolescentes.

En 2005, cansada de viajar, Makeba inició su última gira. «Debo ir por todo el mundo para decir gracias y adiós», explicó entonces en una entrevista concedida, donde también expresó su deseo de que sus cenizas fueran esparcidas en el Océano índico. «Así­ podré viajar de nuevo a todos esos paí­ses», dijo.