Google está a punto de pagar una multa de 22,5 millones de dólares para resolver las acusaciones de que violó una promesa de confidencialidad al rastrear secretamente a millones de internautas mientras usaban el programa Safari de Apple para navegar por Internet, según una persona familiarizada con el acuerdo.
La persona, que habló con The Associated Press el pasado martes, pidió no ser identificada debido a que la multa aún no ha sido aprobada por la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés), que supervisa los asuntos de privacidad en línea en Estados Unidos.
Si es aprobada por los cinco comisionados de la FTC, esa multa sería la más grande que la agencia federal haya impuesto en la historia a una sola empresa.
Sin embargo, la multa no le dolerá mucho a Google Inc.
Con 49 mil millones de dólares en el banco, se espera que el líder de búsquedas y publicidad en línea genere ingresos este año de unos 46 mil millones, lo que significa que la empresa es capaz de cubrir la multa en poco más de cuatro horas.
Sin embargo, las circunstancias que rodearon el caso pueden renovar las dudas acerca de la sinceridad del lema de Google, «Don’t Be Evil» («No seas malvado»). La compañía también es objeto de amplias investigaciones regulatorias sobre si ha abusado de su posición de influencia en Internet para sofocar a la competencia.
«Tenemos los estándares más altos de privacidad y seguridad para nuestros usuarios», dijo Google en un comunicado el pasado martes. La compañía, con sede en Mountain View, California, hizo hincapié en que una tecnología de rastreo que insertó en el navegador Safari no recoge ninguna información personal.
De acuerdo con la persona que habló con The Associated Press, Google no reconocerá haber cometido delito alguno en el marco del acuerdo propuesto.
La FTC no quiso hacer comentarios al respecto el martes.
La propuesta de acuerdo fue informada inicialmente por el diario The Wall Street Journal.
La FTC comenzó la investigación hace cinco meses, después que un investigador de la Universidad de Stanford publicó un estudio que reveló que Google Inc., burló una barrera de seguridad en Safari que se supone debía impedir que terceros pudieran espiar a un usuario mientras navegaba en línea.
El seguimiento se produjo mediante miniprogramas llamados «cookies», que ayudan a servicios de Internet y anunciantes a enfocar mejor sus estrategias comerciales, mediante un análisis de los intereses implícitos de una persona al navegar.
Google retiró inmediatamente su tecnología intrusiva en Safari después de que se reportó la manipulación del navegador de Apple.