Con la consigna de la «austeridad», el ex guerrillero tupamaro José Pepe Mujica asume el lunes la Presidencia de Uruguay, algo difícil de imaginar cuatro décadas atrás, cuando vivía en la clandestinidad y apenas sobrevivía a un duro cautiverio de 14 años.
Con 74 azarosos años en sus espaldas, Mujica asumirá la primera magistratura ante la presencia de varios presidentes y dignatarios extranjeros, la secretaria de Estado de Estados Unidos Hillary Clinton y los príncipes de Asturias, Felipe de Borbón y su esposa, Letizia.
Se espera que Mujica sostenga encuentros bilaterales con Clinton y «probablemente con todos los presidentes» que asistan a la toma de posesión, como Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), ílvaro Uribe (Colombia), Hugo Chávez (Venezuela), Cristina Kirchner (Argentina), Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador), dijeron fuentes de la Cancillería.
También con Michelle Bachelet (Chile, quien viene a Montevideo junto con el presidente electo Sebastián Piñera), Fernando Lugo (Paraguay) y ílvaro Colom (Guatemala).
La ceremonia de transmisión de mando, que comenzará en la tarde (16:00 horas) en la Asamblea General con su juramento ante su esposa y primera senadora, Lucía Topolansky, terminará luego de que el mandatario saliente Tabaré Vázquez le entregue la banda presidencial sobre las 19:00 horas en la céntrica Plaza Independencia.
Mujica, que ha sabido seducir a empresarios nacionales e internacionales, se propone un gobierno «austero», que sea capaz de «multiplicar los recursos» del Estado y atraer a todas las inversiones posibles.
La proclamada austeridad ya le costó a Mujica una polémica, debido a su decisión de aceptar 150.000 dólares de empresas privadas para financiar el espectáculo público que se realizará en la Plaza Independencia luego de culminada la ceremonia oficial.
De manos de Vázquez recibirá un país que proyecta para 2010 un crecimiento de 4% y una inflación de 5%.
Mujica, que anunció que donará el 87% de su salario de unos 12.500 dólares para un fondo de vivienda, ha reclamado «una férrea disciplina fiscal» y «ahorro» a quienes serán sus ministros, ante la coyuntura externa aún desfavorable y para poder hacer frente a un pico de vencimientos de la deuda externa.
En 2010, Uruguay deberá pagar 1.988 millones de dólares por servicio de deuda bruta del sector público, mientras que en 2011 se concentrarán 2.189 millones en vencimientos.
Uruguay cerró 2009 con un superávit presupuestario primario de 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB), y un déficit fiscal de 2,1% del PIB luego del pago de intereses.
Esa situación ha llevado a Mujica a reclamar «cautela» y «prudencia» tanto a su futuro gabinete como a la bancada parlamentaria de la oficialista coalición de izquierda Frente Amplio, que ostenta mayoría absoluta, de cara a la redacción de la Ley de Presupuesto.
No obstante, identificó zonas prioritarias a atender, como la vivienda a través de un Plan de Impacto Habitacional y obras de infraestructura como el ferrocarril e inversiones portuarias.
Mujica ha anunciado su intención de invertir 1.800 millones de dólares en infraestructura en el quinquenio, con dinero que saldrá de las arcas públicas, pero sobre todo de asociaciones con privados y préstamos internacionales.