La mañana del lunes se transformó en una verdadera pesadilla para una familia en Balcones de San Cristóbal, Mixco. Un hombre, violando todas las medidas de seguridad y una prohibición judicial, atacó a cuchilladas a su esposa y una de sus hijas.
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Con la ayuda de una escalera, Jaime Alberto Pineda del Cid pasó por encima de las paredes de la vivienda en la que residía su familia, a quienes se le había prohibido acercarse. De acuerdo con testigos, los habitantes de la casa, al notar su presencia se asustaron y le rogaron que se alejara.
A las nueve de la mañana, cuando se comenzaban a retirar los platos del desayuno, Pineda del Cid ingresó a la casa de su ex esposa Rosa María Morales, de 45 años, junto a Pedro Alberto y Sofía Pineda Morales, de 13 y 18 años respectivamente. Madre e hija fallecieron al ingresar en el quirófano.
Feminicidio en aumento
Walda Barrios, presidenta de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (Unamg), opinó que casos como el antes referido, «son en los que el movimiento Mujeres denominamos feminicidio, ya que se da la violencia contra las mujeres pese a que exista (como en este caso), una orden judicial expresa».
Barrios lamentó que las medidas de seguridad en favor de las féminas no logren ser efectivas y calificó el caso como uno más de feminicidio.
La entrevistada resaltó la importancia y el esfuerzo que el movimiento de mujeres insiste en caracterizarlo o tipificarlo como un delito, «no es capricho o necedad», subrayó.
Barrios manifestó finalmente que las principales exigencias que realiza el sector de mujeres se centran en «la necesidad de tener instituciones que funcionen, porque el gran problema es tener un sistema legal avanzado y bueno pero que no sirve de nada si las instituciones no sirven o se corrompen». La analista recordó que el 97 por ciento de los casos no tiene sentencia ni investigación y que las cifras de feminicidio «son escalofriantes y en lugar de disminuir se incrementan».
«Multicausal»
La psicóloga Nidia Ramírez opinó que el caso citado, es parte de un fenómeno multicausal que no se puede circunscribir a un sólo antecedente.
«Se tendría que conocer la historia, no sólo de la familia, no solo de la personas en sí, sino de los antecedentes del personaje que perpetró el crimen; datos de convivencia familiar en su infancia».
La experta comentó además que el victimario tuvo que estar sometido, en varias circunstancias, a violencia y maltrato constante. Ramírez agregó que «es en la niñez donde la persona aprende lo que es adecuado e inadecuado, dentro de la vivencia que tenga dentro de su propia familia y es ahí (en la niñez), donde se transmiten los principales valores».
Contexto influye
Para la psicóloga Ramírez no se puede pasar por alto el tema de la situación en la que vive el país actualmente. «Eso nos define culturalmente», explicó.
Para la entrevistada, la violencia que se vivió en el conflicto armado interno y la que se vive hoy en día son factores que también determinan de alguna manera ese tipo de fenómenos; «recordemos que los adultos de hoy son los niños de aquel entonces», expuso.
Medidas
Como medidas de prevención, la experta en psicología citó la importancia que tiene tanto la formación como la salud mental de una persona, vitales para la conformación de una sociedad.
«A donde se tiene que apostar es a fortalecer los núcleos familiares. Definitivo, se tiene que luchar mucho por el fortalecimiento de la familia para que los valores se vayan trasmitiendo desde ahí», dijo finalmente la psicóloga.
Nidia Ramírez,
psicóloga.