Guatemala, con tan sólo 15 diputadas al Congreso y 9 alcaldesas, presenta el menor índice de participación de las mujeres en el ejercicio del poder de la región centroamericana. Esto es particularmente grave si se tiene en cuenta que las mujeres son más del 51% de la población.
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Para Nadine Gasman, del Fondo de Población del sistema de Naciones Unidas, «la democracia no puede considerarse como tal hasta que no se logre la plena inclusión de las mujeres en la vida política del país».
«Sin la participación de los pueblos indígenas y de las mujeres, todavía a la democracia le falta mucho», indicó Gasman.
Según Medarda Castro, del Programa de Participación Política de la Organización de Estados Americanos, nuestro sistema político «mantiene características de la concepción patriarcal de la sociedad».
«Si queremos hablar de una democracia plena, es imposible pensarla sin la participación de la mujer», aseguró Castro.
Algunos partidos políticos han presentado sus planillas de candidatos para las diputaciones al Congreso de la República y las diferentes alcaldías. En algunos casos se han propuesto más mujeres que en anteriores elecciones, pero se trata de fenómenos aislados y no refleja una toma de conciencia sobre el problema.
Nadine Gasman, del Fondo de Población, sostuvo que a pesar del esfuerzo, es necesario impulsar una participación equitativa.
Muchas propuestas se han presentado para que durante las próximas elecciones sea mayor la participación de las mujeres. «Aspiramos a una paridad o a una proporción mayor de mujeres. A eso es a lo que se tiene que transitar», dijo Gasman.
De acuerdo con María Teresa Zapeta, «las organizaciones de mujeres han hecho su mayor esfuerzo para lograr una mejor participación», y aseguró que está en las manos de los partidos políticos cumplir con el principio democrático de representatividad.
Las analistas consultadas ven en las próximas elecciones de septiembre de 2007 una oportunidad para el crecimiento democrático del país, y aseguraron que sólo podrá lograrse si se garantiza una mayor participación de las mujeres, tanto en su condición de electoras como en su carácter de elegibles.
Para las analistas consultadas, es vital aumentar la calidad y la cantidad de la participación femenina votando. La calidad buscando que más mujeres ejerzan su derecho y lo hagan informadas y buscando defender sus derechos, como mujeres. Pero eso no estaría completo si los partidos políticos y comité cívicos no incorporan candidatas con posibilidades reales de ser electas.