Kichaik mayab’ ixoqi’ q’atb’al taq tzij pa Iximulew. Q’ij chik ri chin ni qa ch’ajch’oj risaj ru b’eyal qa tinamit. Ti qaya’ rejqalen ki na’oj rik’in ki ch’ob’ik ri mayab’ ixoqib’.
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Las elecciones generales de 2011 en Guatemala, tienen una valiosa distinción con la participación de la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum, K’iche de Chimel, Uspantán como dirigente del partido político Winaq y por su candidatura a la presidencia, decisión que felicito. La presencia de Menchú Tum como presidenciable en el actual proceso electoral, representa un reconocimiento importante a la identidad de la mujer maya, así como de los pueblos indígenas.
Lo anterior resulta ser realmente simbólico cuando observamos que a nivel nacional, se trata de la excepción entre los 27 partidos políticos inscritos ante el Tribunal Supremo Electoral dirigidos, en su mayoría por hombres, que de igual manera están postulando a su género en la mayoría de los principales puestos y casillas de elección a alcalde, diputados, así como a presidentes y vicepresidentes.
Cito un importante estudio sobre la situación de las mujeres en los partidos políticos latinoamericanos, realizada por el BID en 2010, que demuestra la poca presencia de mujeres en los cargos más altos de poder dentro de las estructuras organizativas de los partidos políticos. Hasta el año 2009, la proporción de mujeres que ejercía el más alto cargo partidario fue del 16%, sólo 8 de 75 partidos estaban presididos por mujeres, y 4 de 76 tenían una secretaria general y ninguno de ellos ostentaba de forma simultánea a mujeres en los dos cargos de mayor jerarquía.
De 7 países analizados, Guatemala se ubica en un nivel intermedio, registra un 36% de mujeres afiliadas según información desagregada de 5 partidos. A nivel regional, dicho estudio señala que sólo el 19% de los miembros de los Comités Ejecutivos Nacionales (CEN) son mujeres. También indica que a nivel nacional, Chile y Panamá tienen, en promedio, el porcentaje de participación femenina más bajo en sus CEN (13%) y Costa Rica el más alto (41%). A nivel partidario, la diferencia la hace el Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia que alcanza un 60% de mujeres en el CEN.
La presencia y representación de liderazgos de mujeres indígenas en puestos de decisión a nivel nacional y regional sigue siendo un desafío para la democratización de los sistemas políticos de los países latinoamericanos, sobre todo para aquellos con mayoría de población indígena como Bolivia, Perú, Ecuador y Guatemala.
En el caso de Guatemala, los partidos políticos participantes en la contienda electoral 2011 deben elegir liderazgos de mujeres indígenas que se prestigien la política con su experiencia y conocimiento de la historia del país y de la realidad socioeconómica de sus comunidades, fundamentadas en los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas. Se necesita que más liderazgos, como los de Rigoberta Menchú, ejerzan ese pleno derecho de participar en eventos trascendentales para la democracia de nuestro país.