«Que no sea de otro quien puede ser dueño de sí mismo»
Paracelso.
El 28 de mayo se conmemoró el día de acción mundial por la salud de las mujeres, un proceso integral que incluye la salud física y la emocional. La fecha se remonta al V Encuentro Internacional de Mujer y Salud realizado en San José, Costa Rica, en mayo de 1987 y cuyo eje central gira en torno a la mortalidad materna. Una fecha para meditar sobre la forma de vida a que se enfrentan las mujeres, los peligros ambientales a los que están expuestas y el trato que reciben de sus pares, del sistema político, social, cultural y económico que violenta sus derechos como personas, en todos los campos.
Especialmente sus derechos sexuales y reproductivos, cuando le niegan el derecho a estar informada, a tomar decisiones para planificar su familia y decidir sobre el espaciamiento de sus embarazos y el número de hijos a tener.
Provocando que la mitad de las mujeres guatemaltecas tengan hijos antes de cumplir los 19 años, lo que representa limitaciones para el acceso a educación y empleo y conduce a mayor empobrecimiento económico y menor desarrollo personal y social.
Muchas de las enfermedades que contraen las mujeres podrían prevenirse con información y programas de salud adecuados. Sin embargo, los actuales servicios de salud son de mala calidad y peor atención.
En 2006 se aprobó Ley de Acceso Universal y Equitativa a los Servicios de Planificación Familiar que no ha entrado en vigencia porque no se ha instalado la Comisión Nacional para el Aseguramiento de Anticonceptivos y las disposiciones que debieran emanar de esta instancia
La salud de la mujer se ve afectada cuando se le restringe su libertad, se le mancilla en su integridad y se pone en riesgo su seguridad. Acciones todas que han sido ejercidas por el gobierno actual, el que no ha sido capaz de poner en vigencia la ley de Planificación familiar ni de controlar los crímenes contra mujeres, elevándose a 393 las mujeres asesinadas en cinco meses de 2007. Las mujeres se ven atacadas en su salud cuando se les niega la privacidad, la intimidad y el gozo, cuando se les explota sexualmente y se ejerce contra ellas la violencia de género, pero igualmente cuando se legisla discriminatoriamente, se le da un trato secundario en el hogar, en el trabajo y en la sociedad.
Cuando por su condición sexual se le asignan tareas de género sin respetar su individualidad y sus deseos, considerando la maternidad una obligación, no una opción libre y voluntaria como un derecho ciudadano, también se ejerce la violencia contra las mujeres y se atenta contra su salud.