Mujeres indí­genas y escenario preelectoral


Nos encontramos a las puertas de otro proceso electoral que está generando distintos niveles de análisis y de expectativas. Las mujeres indí­genas también son parte de este escenario, aún cuando son invisibilizadas por las distintas manifestaciones de la discriminación y el racismo.

Teresa Zapeta

Encontramos a mujeres indí­genas como electoras sin pertenencia a un movimiento polí­tico, también están las afiliadas a distintas expresiones polí­ticas, entre ellas las que aspiran a un puesto de elección popular o a una designación para un puesto público. También existe un gran porcentaje de mujeres indí­genas para quienes los procesos electorales pasan desapercibidos. Esta indiferencia se debe a varias razones, especialmente al desconocimiento de sus derechos ciudadanos y polí­ticos, a la apatí­a hacia los partidos polí­ticos y sus liderazgos, así­ como a las condiciones de pobreza que empujan a las mujeres a pensar en que su prioridad es sobrevivir dí­a a dí­a.

Son varios los retos que se presentan en este escenario preelectoral y que pueden tomarse como una oportunidad para que más mujeres participen polí­ticamente en el paí­s. Uno de los primeros retos para el ejercicio de la ciudadaní­a, es el acceso al documento de identificación personal, el cual implica procesos de información y formación sobre el derecho a la documentación, como base inicial para el pleno ejercicio de los derechos fundamentales. Esta información debe brindarse en los idiomas nacionales de los Pueblos Indí­genas. El Renap tiene un trabajo arduo para cumplir con la atención sin discriminación y racismo, así­ como el acercamiento de los servicios para la documentación de las mujeres indí­genas, especialmente de las áreas rurales.

El otro reto es la paridad entre hombres y mujeres, así­ como entre indí­genas y mestizos en la conformación de las nóminas de candidatas y candidatos de los partidos polí­ticos y comités cí­vicos para los puestos de elección y la conformación del gabinete. A la dirigencia de los partidos polí­ticos y a sus afiliados y afiliadas les corresponde gran parte de este reto, la transformación debe venir desde dentro. Este planteamiento trastoca los cí­rculos de poderes que normalmente encontramos en los partidos polí­ticos.

El escenario preelectoral parece convertirse en un campo de batalla, una lucha de poderes que está vinculada al poder económico, entre otros. En este sentido, el camino es cuesta arriba para las mujeres indí­genas que participan en los partidos, lograr ubicarse en una nómina representa una verdadera odisea. Las situaciones que se viven dentro de los partidos pasan por la discriminación por género, racismo por la identidad étnica, discriminación económica, abuso sexual, abuso de autoridad, entre otros.

Otro de los retos importantes de mencionar son los procesos de formación polí­tica ciudadana. Son pocas las mujeres indí­genas que se han beneficiado de procesos de formación por parte los partidos polí­ticos y las instancias estatales. La mayorí­a de las mujeres que han logrado espacios de participación polí­tica, han financiado sus propios procesos de formación, otras han sido autodidactas y una parte ha sido beneficiada por los procesos de formación impulsadas por las organizaciones de mujeres indí­genas. Es admirable el esfuerzo de las mujeres indí­genas por integrarse a los procesos polí­ticos del paí­s. masmujeresmejorpolitica@gmail.com