Nos encontramos a las puertas de otro proceso electoral que está generando distintos niveles de análisis y de expectativas. Las mujeres indígenas también son parte de este escenario, aún cuando son invisibilizadas por las distintas manifestaciones de la discriminación y el racismo.
Encontramos a mujeres indígenas como electoras sin pertenencia a un movimiento político, también están las afiliadas a distintas expresiones políticas, entre ellas las que aspiran a un puesto de elección popular o a una designación para un puesto público. También existe un gran porcentaje de mujeres indígenas para quienes los procesos electorales pasan desapercibidos. Esta indiferencia se debe a varias razones, especialmente al desconocimiento de sus derechos ciudadanos y políticos, a la apatía hacia los partidos políticos y sus liderazgos, así como a las condiciones de pobreza que empujan a las mujeres a pensar en que su prioridad es sobrevivir día a día.
Son varios los retos que se presentan en este escenario preelectoral y que pueden tomarse como una oportunidad para que más mujeres participen políticamente en el país. Uno de los primeros retos para el ejercicio de la ciudadanía, es el acceso al documento de identificación personal, el cual implica procesos de información y formación sobre el derecho a la documentación, como base inicial para el pleno ejercicio de los derechos fundamentales. Esta información debe brindarse en los idiomas nacionales de los Pueblos Indígenas. El Renap tiene un trabajo arduo para cumplir con la atención sin discriminación y racismo, así como el acercamiento de los servicios para la documentación de las mujeres indígenas, especialmente de las áreas rurales.
El otro reto es la paridad entre hombres y mujeres, así como entre indígenas y mestizos en la conformación de las nóminas de candidatas y candidatos de los partidos políticos y comités cívicos para los puestos de elección y la conformación del gabinete. A la dirigencia de los partidos políticos y a sus afiliados y afiliadas les corresponde gran parte de este reto, la transformación debe venir desde dentro. Este planteamiento trastoca los círculos de poderes que normalmente encontramos en los partidos políticos.
El escenario preelectoral parece convertirse en un campo de batalla, una lucha de poderes que está vinculada al poder económico, entre otros. En este sentido, el camino es cuesta arriba para las mujeres indígenas que participan en los partidos, lograr ubicarse en una nómina representa una verdadera odisea. Las situaciones que se viven dentro de los partidos pasan por la discriminación por género, racismo por la identidad étnica, discriminación económica, abuso sexual, abuso de autoridad, entre otros.
Otro de los retos importantes de mencionar son los procesos de formación política ciudadana. Son pocas las mujeres indígenas que se han beneficiado de procesos de formación por parte los partidos políticos y las instancias estatales. La mayoría de las mujeres que han logrado espacios de participación política, han financiado sus propios procesos de formación, otras han sido autodidactas y una parte ha sido beneficiada por los procesos de formación impulsadas por las organizaciones de mujeres indígenas. Es admirable el esfuerzo de las mujeres indígenas por integrarse a los procesos políticos del país. masmujeresmejorpolitica@gmail.com