Mujeres garí­funas, entre las más invisibilizadas en el paí­s


garifunas

Las mujeres afrodescendientes en Guatemala viven uno de los peores estigmas, la invisibilidad, una manifestación del racismo que provoca discriminación, prejuicios, aislamiento y exclusión por su color de piel, apariencia fí­sica y por pertenecer a un pueblo originario.

GUATEMALA Agencia CERIGUA

De acuerdo con la información de la Organización de Mujeres Tierra Viva, en el marco del Dí­a Nacional de las Mujeres Garí­funas, esta población ha contribuido al progreso polí­tico, económico, social y cultural de la sociedad guatemalteca, pese a que son las más afectadas por el racismo y la negación de sus derechos.

Según la publicación, el poco acceso a la educación bilingí¼e les ha limitado contar con un empleo formal y a la autonomí­a económica, haciéndolas más vulnerables para sobrevivir dignamente e insertarse en la vida social y polí­tica del paí­s.

El sistema educativo todaví­a no registra en los textos escolares sus orí­genes, costumbres y tradiciones, los cuales son aportes a la cultura guatemalteca; además no se han visibilizado sus luchas y resistencias para conservar su identidad y ser reconocidas como tal.

La exclusión ha sido una barrera importante para su participación y su involucramiento en la toma de decisiones en planes, programas, proyectos y leyes; las mujeres garí­funas no tienen presencia en puestos de poder, lo que les impide posicionarse e incidir ante el Estado y sociedad guatemalteca.

El estigma también les ha implicado desigualdad, pues las polí­ticas públicas para el avance de las mujeres no han considerado su propia identidad y costumbres, para no prolongar la discriminación del pasado y de la actualidad.

La información subraya que las necesidades económicas han forzado a muchas personas del pueblo garí­funa a migrar y la mayorí­a de mujeres han tenido que asumir mayores responsabilidades, especialmente las relativas a la maternidad y el cuidado de personas, lo que les ha quitado la oportunidad de retomar estudios, buscar empleo remunerado, participar y organizarse ciudadana y polí­ticamente.

Pese a que la mayorí­a de población garí­funa está ubicada en una parte de la ruta turí­stica y tienen mayor vulnerabilidad en relación a VIH y violaciones sexuales, las polí­ticas de salud no están orientadas a la realidad de su identidad sexual y reproductiva.

Finalmente, el material subraya que mientras persista el racismo y la discriminación y no se considere y tomen en cuenta a las mujeres garrí­ unas de Guatemala, el desarrollo no será completo, por lo que Tierra Viva hizo un llamado a establecer metas medibles para lograr el desarrollo y la ciudadaní­a plena de esta población.

El Dí­a Nacional de las Mujeres Garí­funas fue promovido por el Ministerio de Cultura y Deportes en el 2010, por medio del Acuerdo Ministerial 741-2010, con el objetivo de recordar que las mujeres garí­funas son afrodescendientes y forman parte de la diversidad cultural de Guatemala, por lo que sus derechos deben ser respetados.