Mujeres excluidas


Organizaciones internacionales, entidades de Estado, sociedad civil y centros de estudios han realizado infinidad de estudios, análisis e informes en relación a la discriminación que sufren las mujeres indí­genas, de hecho se han hecho esfuerzos para establecer las necesidades de este segmento de la población, sin embargo; todo queda en documentos, discos compactos y conversatorios.

Edwin Marroquí­n Navas
enavas1313@yahoo.com

A lo anterior se suma un estudio dado a conocer por el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) que aborda los padecimientos y desatención que está ocurriendo en Bolivia, Perú, Bolivia y Guatemala. Dentro de las estadí­sticas, que nunca faltan, se afirma que en nuestro paí­s la población de mujeres indí­genas abarca el 27% de la población, aproximadamente tres millones, que padecen discriminación y exclusión.

El área rural, sin duda, es un reflejo de lo expresado puesto que el analfabetismo, mortalidad materno infantil, pobreza y desnutrición son evidentes.

Y es que desde el año 2007, cuando se editó la Agenda Articulada de Mujeres Mayas, Garí­funas y Xinkas, las organizaciones de la sociedad civil ya exigí­an que «el Estado deberá darle un enfoque de género y de identidad cultural a sus planes, proyectos, programas y polí­ticas públicas». Empero, han pasado tres años y la situación se agrava.

La lucha emprendida por las mujeres mayas está apegada a resoluciones emanadas, incluso, de la Organización de las Naciones Unidas, puesto que el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer plantea que «todos los Estados deben adoptar medidas concretas y especí­ficas para acelerar el mejoramiento de las condiciones de las mujeres indí­genas en todas las esferas de la vida».

En Guatemala han sido creadas, y están en funcionamiento, varias entidades cuya labor deberí­a ser defender los derechos de este segmento poblacional, sin embargo, constantemente lideresas de diversas organizaciones las cuestionan, argumentando que los y las funcionarias llevan a cabo otras labores que no son necesariamente para lo que fueron creadas. Es más, utilizan estos espacios como plataforma para promocionarse polí­ticamente.

Las mujeres mayas tienen derecho al trabajo, la educación, salud y participación polí­tica que históricamente se les ha negado, pero las instituciones del Estado tienen la obligación de orientar sus polí­ticas públicas hacia la consecución de estos satisfactores sociales.

* Comida rápida.-Huevos duros, plátanos fritos, morcilla, longanizas, chorizos, huevos duros y revueltos, paches, tamales y hasta carne asada al momento tienen a su disposición congresistas y empleados del Organismo Legislativo, pues todos los dí­as, sobre la 8ª. avenida y 9ª. calle, son instaladas hasta tres mesas con dicha comida. ¡Ah!, hasta café y atoles calientes se puede comprar. Todo servido en bolsitas plásticas y platos desechables. Dese una pasadita por allí­, y desayunará sabroso y barato, si tiene la buena suerte hasta podrá platicar con un congresista.

* ¡Lo pensarí­a!- Sinceramente si la nueva Miss Universo me invita a salir lo pensarí­a dos veces, pues no es mi tipo de mujer. Creo que el cetro lo merecí­a nuestra compatriota. ¿Usted que opina?

* Sobre amar.- «La envidia, los celos, la ambición, todo tipo de avidez, son pasiones: el amor es una acción, la práctica de un poder humano, que sólo puede realizarse en la libertad y jamás como resultado de la compulsión», Erich Fromm.