Las mujeres guatemaltecas continúan siendo víctimas de la violencia que afecta al país. Recientemente se conoció sobre el hallazgo de dos mujeres decapitadas en distintos lugares, hechos que conmocionaron a la sociedad.
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El pasado 4 de septiembre se encontró el cuerpo de Jennifer Alejandra Sabán Guzmán, de 17 años, en la zona 18; los vecinos del lugar alertaron sobre lo acontecido.
De acuerdo con los Bomberos Voluntarios, la joven fue decapitada y mutilada de un brazo, su cabeza fue localizada aproximadamente a kilómetro y medio de donde hallaron su cuerpo, en la carretera que lleva a las Tapias.
Según versiones policíacas, Sabán fue secuestrada un día antes de su muerte por supuestos pandilleros que entraron a su casa, en la colonia Lomas de Santa Faz, zona 18; asimismo asesinaron a su madre, Carmelina Guzmán, e hirieron a Iris Marleny Santander, esposa de un familiar.
También se dijo que la adolescente era integrante de la Mara «18», la cual opera en el lugar, por lo que su muerte podría estar vinculada con una venganza entre pandillas.
José Villalta, vecino de la zona 18, el día del hallazgo de la mujer decapitada indicó que nadie tenía derecho a quitarle la vida a otra persona, y que dicho suceso le preocupaba, debido a que tenía dos hijas, quienes por el hecho de ser mujeres en esta sociedad estaban expuestas a cualquier agresión.
El pasado domingo se dio un acontecimiento similar, una adolescente de aproximadamente 16 años también fue decapitada, su cuerpo fue localizado en un callejón de la zona 5 y, horas después, fue encontrada su cabeza.
Bomberos Municipales informaron que el cuerpo de la joven fue encontrado en horas de la mañana y tenía varios impactos de bala.
Una vecina del lugar alertó en la estación bomberil de ese lugar, sobre el descubrimiento de una cabeza en el interior de un costal, cerca de un árbol en la 15 avenida y 23 calle de la misma zona.
Después de la investigación, los cuerpos de socorro confirmaron que la cabeza pertenecía al cuerpo encontrado antes.
Los lugareños no pudieron reconocer si la fallecida era vecina de la colonia; por su parte, la propietaria de la casa donde fue abandonada la cabeza de la mujer, señaló que la bolsa donde se encontraba el cráneo de la fémina estaba desde primeras horas de la mañana en dicho lugar.
Aunque existen opiniones adversas sobre estos hallazgos, ya que hay quienes piensan que las mujeres debieron tener vínculos con las pandillas para ser asesinadas con tanta saña, lo cierto es que desde el mes de abril fue aprobada la ley contra el feminicidio y violencia de género. A la fecha el número de fallecidas se incrementa cada día, así como los asesinatos a sangre fría como los sucedidos recientemente, los cuales provocan consternación en la sociedad guatemalteca.
Aunque la normativa establece 50 años de prisión para quienes asesinen mujeres por el simple hecho de serlo y sanciona con severidad cualquier tipo de violencia, hasta hoy es difícil conocer a los autores materiales y criminales de estos asesinatos.