«MUJER BLANCA»


Cuando tení­a 11 años, en la carretera que de la ciudad de México va hacia las pirámides de Teotihuacán vi lo siguiente: A la distancia, en aquellas soledades, me asombré ante la montaña nevada, en su cuerpo, el más hermoso que hay visto en mi vida; obra majestuosa, imperante y escultural de la naturaleza en su esencia misma, denominada “Mujer Blanca”.

Eduardo Alfonso Luna Estrada / A-1 309873

 


En muchos casos, no en todos, gracias a Dios –pues los corazones sinceros jamás traicionan
a sus dueños–,    en los corazones abominables correspondientes, reina e impera mucho más la desconfianza, cultivada de las tinieblas tenebrosas, siniestras y nefastas de la misma humanidad, en sus errores y desgracias a las que se someten; a eso se le llama al final ENVIDIA.

Todo aquel que por fe se aferre a nuestro buen Padre-Dios Trino, jamás estará solo por la  esencia de esa misma fe, en todos sus derechos.