Por este medio idóneo la gloriosa Gremial de Muertos de Guatemala (GMG) se permite reiterar su compromiso cívico e histórico en el sentido de que mientras se desarrolle la actual campaña electorera habrá una suspensión general, en todo el territorio nacional, de acarreo de basura, por lo que les recuerda a todos sus miembros activos abstenerse de dicha actividad tradicional y permanecer en sus frías tumbas, tal como lo dictan la moral, la urbanidad y los estándares internacionales.
Así como en las últimas dos o tres elecciones generales y coroneles, que los señores agremiados se abstuvieron de acudir a las urnas, voto en mano, para romper una fea práctica instigada por los propios partidos políticos y un corrupto sistema electoral, de igual manera este año será erróneo e inexacto tan solo decir, expresar, sostener, asegurar o afirmar que se han visto o se ven muertos acarreando basura, porque eso será imposible, a menos que se trate de una mera ilusión óptica, toda vez que nuestros agremiados saben cerrar filas y acatar órdenes consensuadas y de beneficio social e institucional.
Por otra parte, hoy en día la basura está muy contaminada con toda clase de inmundicias, impurezas y ascosidades, por razones no tan obvias; no como antes, que los desperdicios eran de cierta calidad y hasta daba gusto y otorgaba algún prestigio acarrearlos, según diversos testimonios de finados expertos en la materia, así estuviesen alejados de las frías tumbas, cementerios y camposantos.
Pero como la GMG también está consciente de que nunca faltan los difuntos rebeldes e indignados, que les encanta llevar la contraria o están adscritos a grupos ácratas, admite que no sería raro se reportara algún caso de uno que otro finado sorprendido in fraganti o con las manos en la masa, o sea con la basura a tuto, llevándola de aquí para allá, con fines ocultos o decididamente inconfesables.
Las sanciones a un difunto al que se le compruebe la susodicha infracción van desde encierro (que no entierro ni mucho menos destierro) por un año, hasta el acarreo de 20 toneladas métricas de basura ya pasadas las elecciones, de la sede de un partido político perdedor a otro antro no menos derrotado en las sagradas urnas.
Los observadores y analistas más sagaces y mejor informados han observado y analizado que el acarreo de basura por parte de los interfectos alcanza hasta un 200 por ciento durante la campaña electorera; dato este corroborado por los actuales directivos de la GMG, en un gesto de honestidad y franqueza digno de imitarse.
(La ciudadanía honrada y las autoridades deberán estar alerta porque se ha sabido que personas inescrupulosas se disfrazarán o harán pasar por muertos para así acarrear basura, que a los extintos se eche la culpa y crear ingobernabilidad).