Tres miembros del grupo miliciano libanés Jezbolá murieron mientras combatían por el control de una ciudad estratégica siria cerca de la frontera libanesa, dijeron activistas el martes, mientras la batalla en el área seguía por tercer día consecutivo.
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que las muertes elevan a 31 el número de combatientes que ha sufrido Jezbolá —aliado estrecho del presidente sirio Bashar Assad— en la lucha por el control de la ciudad de Qusair desde el domingo.
La ciudad, que había estado en manos de los rebeldes desde hacía más de un año, ha sido blanco de una ofensiva del gobierno en las últimas semanas. Las fuerzas de Assad, respaldadas por los combatientes de Jezbolá, capturaron pueblos cercanos y se acercaron a Qusair. El domingo, las fuerzas del régimen retomaron control de más del 60 % de la ciudad, pero seguía la lucha callejera en varios distritos.
Por lo menos 68 rebeldes y 9 soldados del ejército han muerto desde el domingo, dijo el Observatorio, que depende de una vasta red de activistas dentro de Siria.
El gobierno no confirmó las muertes de los soldados debido a que Damasco no reconoce públicamente sus propias bajas en la guerra civil. Ahora en su tercer año, el conflicto ha cobrado más de 70.000 vidas.
Mientras tanto, grupos de la oposición reunidos en España dijeron que se oponen a toda negociación con el gobierno de Assad a menos que esté orientada a que el presidente deje el poder.
Unos 80 representantes de la oposición concluyeron el martes una reunión de dos días diciendo que Assad no debía formar parte de ningún gobierno de transición ni tener papel alguno en el futuro de Siria.
Mouaz al-Khatib, exdirector de la Coalición Nacional Siria, dijo que en el término de dos semanas se tomará una decisión acerca si los grupos de oposición participarán en una conferencia propuesta por Rusia y Estados Unidos en Ginebra sobre el futuro de Siria.
Los grupos se oponen a la participación de representantes de Assad.
Durante una conferencia de prensa en Madrid, los miembros de la oposición condenaron la creciente intervención en el conflicto del grupo Jezbolá en favor del régimen.
La lucha en Qusair refleja la importancia que ambas partes asignan al área. La ciudad está en un corredor estratégico que vincula Damasco con la costa mediterránea, bastión de la secta alauita de Assad, un desprendimiento del chiísmo islámico. Para los rebeldes, que al igual que los residentes de la ciudad son de mayoría suní, el área ha servido como conducto para el despacho de armas y suministros que llegan de contrabando desde el Líbano a la oposición dentro de Siria.
Jezbolá, un movimiento chií libanés, depende en gran medida de la supervivencia del régimen de Damasco. El papel creciente de Jezbolá en el conflicto refleja la naturaleza sectaria de la guerra en Siria, donde una rebelión encabezada por la mayoría suní del país busca derrocar un régimen dominado por la minoría alauí.