Mueren las siamesas


Autoridades del Hospital Roosevelt dieron a conocer el fallecimiento de las siamesas que nacieron la semana pasada.

Marí­a Esperanza y Bernarda Esperanza, las siamesas que nacieron el pasado jueves en el hospital Roosevelt, murieron hoy a las 6:30 horas, informó Danilo González, jefe del área de cuidados intensivos de neonatologí­a.

Ana Miza
lahora@lahora.com.gt

Según González, «la situación de las pequeñas es un caso tí­pico de siamesas: tení­an los corazones unidos y compartí­an el hí­gado, por lo cual habí­a muy pocas posibilidades que sobrevivieran, y debido a este caso se tení­a un pronóstico reservado sobre el diagnóstico».

Sin embargo, la familia de las niñas estaba enterada de la situación y además resignada, afirmó el médico.

Lamentablemente las siamesas no pudieron superar el complicado cuadro clí­nico, pese a los esfuerzos que realizaba a diario un grupo de médicos, aseguró González.

Caso complicado

Según los médicos que intervinieron a las gemelas Marí­a y Bernarda Esperanza, éstas nacieron en el mismo centro hospitalario por medio de una cesárea de emergencia practicada a la madre, Josefina Mash, y viví­an con un corazón poco desarrollado y también compartí­an el hí­gado.

Las siamesas compartí­an una sola aurí­cula y una ventrí­cula y era imposible su separación, según los análisis realizados por los médicos del Hospital Roosevelt.

Casos registrados

Este es el cuarto caso de siamesas que nacen en Guatemala desde 1985, después que en ese año un grupo de médicos del hospital San Juan de Dios, mediante una cirugí­a especial separara a dos niñas unidas por el tórax y el abdomen, pero ambas fallecieron al finalizar la operación.

El 6 de agosto de 2002, médicos del Hospital Mattel de la Universidad de California, EE.UU., separaron con éxito a Marí­a Teresa y Marí­a de Jesús, bautizadas como las Marií­tas, unas siamesas guatemaltecas que nacieron unidas por la cabeza, originarias del departamento de Mazatenango.

Las pequeñas, que ahora tienen seis años, se recuperan lentamente con procesos especiales de rehabilitación y los expertos que las atienden confí­an en que lleguen a tener una vida normal.

En agosto del año pasado, médicos del Hospital Roosevelt separaron con éxito a las siamesas íngela Leticia y íngela Corina Piló Xicay, que habí­an nacido unidas por el tórax, aunque la segunda de las pequeñas murió horas después de la intervención.