Fue el segundo ataque importante en otros tantos días en Irak y resalta los problemas que encaran las fuerzas de seguridad iraquíes para proteger a la población ante la retirada parcial y gradual de los efectivos estadounidenses programada para fines de año.
Dieciséis cadáveres fueron llevados al hospital principal de Tikrit, dijo el doctor Raeid Ibrahim, y agregó que otras 54 personas resultaron heridas, indicio de que podría aumentar el número de muertos. Tikrit es el pueblo natal del ajusticiado dictador Saddam Hussein.
Nadie se atribuyó por el momento la responsabilidad del ataque.
Uno de los heridos fue un miembro del consejo provincial, Mohammed Fadhil, quien fue llevado directamente al quirófano, dijo Ibrahim. Mohamed al-Asi, asesor de prensa de la oficina del gobernador, confirmó que Fadhil fue herido en la explosión.
Un asesor de prensa del gobernador de la provincia de Salahudin, Alí al-Samarraie, dijo que las ambulancias seguían trayendo heridos al hospital.
Hubo informaciones contradictorias sobre si la explosión fue debida a un ataque suicida y sobre si la carga explosiva fue detonada frente o dentro de la mezquita.
Un policía de Tikrit dijo que un atacante suicida se mezcló con los feligreses de la mezquita al comenzar las plegarias musulmanas de los viernes y detonó los explosivos que llevaba. Empero, al-Samarraie indicó que, según las primeras informaciones, fue una bomba colocada dentro del edificio.
Los funcionarios del hospital agregaron que el atentado hirió además a otras 25 personas. Tikrit se encuentra a 130 kilómetros (80 millas) al norte de Bagdad.
El lugar atacado forma parte de un conjunto de palacios y edificaciones construido durante la dictadura de Saddam Hussein.