Ataques suicidas cerca de la oficina de un gobernador afgano y un edificio administrativo mataron a 11 personas hoy, al tiempo que un proyectil de mortero estallaba en la ceremonia de inauguración de un importante centro de entrenamiento policial cerca de Kabul, a la que asistía un vicepresidente afgano.
MAIDAN SHAR / Agencia AP
Los ataques por milicias del Talibán están matando o hiriendo cada vez más a importantes funcionarios del gobierno afgano. A la ceremonia de hoy asistió además el ministro del Interior, así como funcionarios de la OTAN.
En el nordeste, un atacante suicida hizo estallar sus explosivos a unos 200 metros de la oficina del gobernador provincial de Kapisa Azizul Rahman Tawab, matando a cuatro policías y a cuatro civiles, dijo el portavoz provincial Halim Ayar. El ministerio del Interior dijo que la cifra de muertos era siete, cinco de ellos policías.
La discrepancia en el número de bajas es común después de este tipo de ataques y no pudo ser resuelta de inmediato.
Otro atacante suicida mató a tres civiles, entre ellos un niño de 13 años, en un ataque contra un edificio administrativo en la provincia de Paktia, en el oriente del país. El atacante detonó un chaleco con explosivos en las afueras de la entrada del gobierno distrital, cerca de la frontera con Pakistán, dijo Alá Gul Ahmadzai, jefe del distrito de Sayed Karam.
El ataque con mortero en la provincia de Wardak, cerca de la capital, no causó bajas, pero hizo blanco junto a un edificio en el que el segundo vicepresidente, Mohamed Karim Khalili y el ministro del Interior Bismulá Khan Mohammadi asistían a la ceremonia policial.
Los funcionarios celebraban la inauguración del centro, parte de un programa millonario de la OTAN para entrenar a las fuerzas afganas de seguridad antes de la planeada retirada de la coalición encabezada por Estados Unidos al final de 2014.
El artefacto estalló en el edificio cuando se llevaba a cabo la inauguración y más de 500 reclutas de policías corrieron a resguardarse. Un tiroteo siguió al ataque, mientras los guardaespaldas se apresuraban a resguardar a las autoridades afganas y de la OTAN antes de alejarse a bordo de helicópteros.
No estaba claro si Khalili era el objetivo del ataque, pero el mortero parecía estar apuntando al recinto donde acababa de dar un discurso.
En Kandahar, provincia del sur afgano, la oficina del gobernador informó que las tropas afganas y de la OTAN mataron a 14 insurgentes armados. Nueve fueron eliminados después de haber cruzado la frontera de Pakistán mientras que otros cinco murieron mientras trataban de colocar bombas en caminos, informó un comunicado de la gobernación.