Muere último rey de Afganistán


Deceso. Foto de archivo de Mohammed Zahir Shah, último rey de Afganistán, muerto en Kabul.

El ex rey de Afganistán, Mohammed Zaher Shah, que reinó en este paí­s asiático de 1933 a 1973, murió en Kabul a los 92 años de edad, confirmó hoy el presidente afgano, Hamid Karzai.


«Quiero informar a todos mis compatriotas que su majestad, el padre de la nación, Mohammed Zaher Shah, murió hoy a las 05H45 locales (01H15 GMT)», dijo Karzai en una conferencia de prensa en el palacio presidencial de Kabul.

El jefe del Estado afgano anunció tres dí­as de luto nacional, con la bandera a media asta, por la muerte del ex monarca, cuyos 40 años de reinado son recordados por sus compatriotas como uno de los raros perí­odos de estabilidad y paz en este paí­s de Asia central.

«Se celebrarán ceremonias en su honor en todo el paí­s, en la capital, las provincias y entre los afganos refugiados en el extranjero», añadió Karzai.

Por su parte, el portavoz habitual de los talibanes, Yusuf Ahmadi, se refirió a la muerte del ex monarca, en una llamada telefónica a la AFP desde un lugar desconocido.

«El padre de la nación era una conocida figura de la historia de Afganistán que gozaba de gran credibilidad en su paí­s», dijo Ahmadi para, a continuación, lamentar que «recientemente los estadounidenses lo usaron para sus intereses».

«Desde su regreso a Afganistán hasta el dí­a de su muerte, sirvió a los intereses estadounidenses y en los últimos años se convirtió en una marioneta», dijo el portavoz talibán.

Zaher Shah, destituido por un golpe de Estado en 1973, fue nombrado «padre de la nación» por la Constitución afgana a su regreso al paí­s, poco después de la caí­da del régimen de los talibanes, a finales de 2001, tras treinta años de exilio en Italia.

Zaher Shah puso fin a siglos de monarquí­a en Afganistán al abdicar en 1973, mientras se encontraba de vacaciones en Italia, un mes después de que su ex primer ministro y también primo, Mohammad Daud, diese un golpe de Estado.

El depuesto rey regresó a su paí­s con una misión puesta en sus manos por la comunidad internacional: inaugurar una Loya Jirga (asamblea tradicional) de emergencia que pudiese dar paso a la formación de un nuevo gobierno afgano.

El ex monarca no tuvo ninguna otra función oficial y, pese a su popularidad entre los jefes tribales afganos, nunca quiso ocupar ningún cargo de relevancia. Fue galardonado por la asamblea constitucional con el tí­tulo de «padre de la patria».

Viví­a en un edificio palaciego del centro de Kabul. En el último año, su salud se deterioró considerablemente y tuvo que empezar a usar una silla de ruedas.

Su mujer, Homaira, con la que se casó en 1931, murió mientras preparaba su regreso a Afganistán para reunirse con su marido, en 2002. La pareja tuvo siete hijos, cinco varones y dos mujeres.

Nacido el 15 de octubre de 1914, Zaher accedió al trono a los 19 años, en 1033, tras el asesinato de su padre.

Su reinado estuvo marcado por la corrupción y el nepotismo, ya que Zaher Shah, hombre de gran cultura poco interesado por la polí­tica, dejó el gobierno efectivo en manos de sus colaboradores.

Sin embargo, su monarquí­a fue también uno de los raros momentos pací­ficos vividos por Afganistán, que le dieron visibilidad y prestigio a nivel internacional.