Sam Bowers, ex líder de la facción más violenta del grupo racista estadounidense Ku Klux Klan (KKK), murió ayer en prisión a los 82 años de edad, informaron hoy las autoridades carcelarias del estado de Mississippi (sur).
Bowers cumplía una condena a cadena perpetua por el asesinato de un activista negro en 1966, y murió de un paro cardíaco en el hospital de la Penitenciaría Estatal de Mississippi en Parchman (oeste), anunció este lunes el departamento de Corrección del estado.
Cansado de lo que consideraba un KKK demasiado pasivo durante la batalla por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos en los sesenta, Bowers formó en 1964 un grupo llamado Caballeros Blancos del KKK, que se convirtió en la facción más violenta del antiguo grupo racista.
Uno de los crímenes más notorios que se le atribuyeron al grupo fue el asesinato de tres trabajadores de los derechos civiles -dos blancos y un negro- en 1964, quienes habían viajado al sur segregacionista para ayudar a la comunidad negra a inscribirse para votar.
El caso conmocionó a Estados Unidos e inspiró el filme de 1988 «Mississippi en llamas» (Mississippi Burning). Por este crimen Bowers cumplió seis años de cárcel.
Sin embargo, el caso que envió a Bowers a la cárcel de por vida fue el asesinato en 1966 de otro militante negro de los derechos civiles, Vernon Dahmer, atacado a tiros en su casa en Mississippi y posteriormente muerto por un fuego que le ocasionó heridas graves.
Bowers fue juzgado en varias ocasiones por el crimen pero jurados blancos nunca se pusieron de acuerdo en una decisión. En 1998 fue hallado culpable por un jurado integrado por seis blancos, cinco negros y un asiático-americano. Fue sentenciado a cadena perpetua.