El escritor Héctor Tizón, quien combinaba en sus narraciones las particularidades del norte argentino con los anhelos y preocupaciones universales del hombre, falleció el lunes, anunció la agencia oficial de noticias Télam. Tenía 82 años.
Tizón, quien también se desempeñó como diplomático, murió en su casa, en la ciudad norteña de San Salvador de Jujuy, a causa de un afección cardiaca, dijeron sus allegados a medios de prensa, según la agencia de noticias privada DyN.
Su obra abarca más de 20 novelas entre las que se destacan «Luz de las crueles provincias», «La casa y el viento» y «Extraño y pálido fulgor».
Tizón se desempeñó como diplomático de 1958 a 1962 y estuvo exiliado en España a causa de la última dictadura militar argentina (1976-1982). El lugar a donde siempre volvía y donde encontraba inspiración era Yala, un pueblo de Jujuy —provincia limítrofe con Bolivia— donde vivió en su infancia.
Su primera obra de relatos, «A un costado de los rieles», se publicó en 1960 en México, donde se desempeñaba como diplomático. Según los críticos, su obra era fiel a su lugar de origen y el paisaje que describía no era sólo el marco donde encuadraba a los personajes sino «la historia misma».
Sus narraciones también tenían un carácter universal. Tizón dijo en una entrevista con el diario La Nación que un literato «debe escribir sobre el lugar y la gente que conoce, tratando en lo posible de que no se note y lo pueda leer todo el mundo».
Tizón fue distinguido con varios premios en Argentina. También fue condecorado en Francia como Caballero de la Orden de las Artes y Letras.