Muchos culpables


Editorial_LH

Impresionante es el peloteo que se traen ahora los diputados y el Gobierno respecto a la responsabilidad del recorte presupuestario que tendrá consecuencias en áreas sensitivas de la administración pública, pero en el fondo no se puede negar que los miembros del Congreso han dejado de cumplir con sus deberes, entrampando deliberadamente la agenda legislativa, ni tampoco se puede ocultar que el mangoneo de las partidas que ha hecho este gobierno, sacando plata de todos los ministerios para financiar la campaña electoral de la que fuera esposa del Presidente, no tiene precedente ni parangón en la historia del paí­s.

 


La forma en que se ha abusado de las interpelaciones es notoria, pero en realidad eso viene a ser apenas una mancha más al tigre de la ausencia de noción de servicio y de aportes al paí­s en el Congreso de la República donde todo se trabaja pensando en la tajada que tocará a cada representante mediante el listado geográfico de obras en el que participan tanto distritales como de listado nacional negociando o constituyendo constructoras. Y todo ello a cambio de no hacer olas con el sistema, de no modificar un sistema que se les acomoda perfectamente.
 
 Pero el Ejecutivo no se queda atrás y el tema de los famosos candados ha sido uno de los más recurrentes en esta gestión por su absoluta necesidad. El colmo ha sido que de las carteras de Educación, Salud y Gobernación se ha sustraí­do partidas, techos presupuestarios dicen queriendo confundir a la población encubriendo el traslado del dinero, para asignarlos a los programas que lejos de ser sociales son puramente electorales, montados, diseñados y administrados no para combatir la pobreza, sino para elevar los bonos polí­ticos de la señora Sandra Torres de Colom, realidad que no puede ocultar absolutamente nadie.

En esas condiciones, con un gobierno que pone las cuentas del Estado al servicio de una campaña polí­tica y un Congreso en donde se toman en serio lo de la irresponsabilidad parlamentaria, aunque entendida en forma aberrante,  es natural que el paí­s se encuentre en dificultades porque, además, se aprobó un presupuesto hecho a la pura brava, sin estudios técnicos de soporte y simplemente para llenar el requisito. Pocos gobiernos han tenido tan mala gestión financiera como el actual, lo cual se refleja en los niveles de déficit y de endeudamiento, pero es que las verdaderas directrices nunca salieron de la pobre Presidencia, tan mal representada, sino del despacho vecino que no era el del Vicepresidente, sino el de la esposa que como poder tras el trono puso y quitó Ministros y generó ese caos financiero en el fisco.


Minutero:

Con Mi Familia Progresa 
no se combatió la pobreza; 
era la pura fachada 
de una candidatura cantada