Muchas gracias


Editorial_LH

Ha llegado el día en que, en medio de polémica, termina la gestión de la doctora Claudia Paz y Paz y tras cualquier análisis y balance objetivo de su gestión, consideramos que es nuestra obligación darle un agradecimiento por el papel que vino a realizar durante los 3 años y meses que duró en el puesto de Fiscal General.


Siempre hemos sido claros en decir que queda pendiente un esfuerzo más directo en contra de la corrupción que es la razón real de la impunidad en la que vive el país porque entendemos que el sistema de justicia es débil por la falta de voluntad política y el temor que genera que un sistema fuerte alcance a los poderosos que se han beneficiado de esas prácticas sucias de enriquecimiento.

Pero en el entorno de esa impunidad, hay que recordar que el Ministerio Público, estructuralmente, era una institución diseñada para ser inoperante en algunos casos y cómplice en los más delicados. Fue en la gestión de la fiscal general Paz y Paz en la que se demostró que se puede desenredar el desmadre en el que convenientemente se perdían evidencias, se filtraban informaciones y se escondían los expedientes, y ella junto a su equipo dieron paso a resultados que terminaron rompiendo muros de obstrucción a la justicia en casos paradigmáticos y en el enfrentamiento a estructuras criminales a las que nadie tenía el valor o la voluntad de hacerles frente.

Si ideológicamente se abrió un frente por el caso de Ríos Montt, no fue su papel como fiscal lo que creó esa polarización que nos mantiene divididos y que permanecía sordamente en el seno de la sociedad. En todo caso, peor hubiera sido hacerse papos, como siempre es el caso, y voltear la cara a otro lado para no ver el dolor de quienes buscan alguna reparación.

Independientemente de la ideología de cada ciudadano, lo que sí podemos aceptar en general es que la fiscal vino a romper el molde y con una actitud profesional empezó los cambios que, aun teniendo tareas pendientes, muy pocos habrían creído que eran posibles realizar.

Muchas gracias, Doctora, porque en el tiempo en que la comunidad internacional se preocupó por un trabajo que los guatemaltecos parecía que no querían hacer, apareció usted para demostrar que sí se puede y en el momento en que la CICIG empezó a desaparecer del mapa, allí estuvo usted para llevar la tarea de, pacientemente, desenredar los hilos que la impunidad retuerce. Un reconocimiento a su valentía y un agradecimiento por su compromiso.

   
Minutero:
La doctora Paz y Paz
demostró que hay gente capaz;
que acabar la impunidad
es cuestión de voluntad