Mr. Bean lidera Europa


Todo empezó como una broma. Ya saben, y si no aquí­ estoy para contarlo, que España ha asumido con el nuevo año la Presidencia semestral de la Unión Europea. Supongo que este hecho (calificado por Leire Pají­n, la jefa del gobernante Partido Socialista, como «acontecimiento planetario») se la trae «al pairo». Vamos, que les importa un pimiento. No me extraña, al 80% de españoles también y con razón. El hecho es que, con motivo de tan magno acontecimiento, un despiadado hacker atacó este lunes la web oficial creada para tal fin por el Gobierno del presidente Zapatero. Al cachondo pirata informático, o cachonda vaya usted a saber porque aún andan buscándolo, no se le ocurrió otra cosa que colocar una imagen de Mr. Bean en lugar del mensaje de bienvenida grabado por Zapatero. ¡Qué ingenio, qué desparpajo y qué mala leche! Todaví­a me estoy riendo, pero por no llorar.

Humberto Montero
periodista y analista político, hmontero@larazon.es

Resulta que, tras mucho cavilar, he llegado a la conclusión de que el conocido personaje cómico interpretado por el actor británico Rowan Atkinson comparte, además de un asombroso parecido fí­sico con el lí­der del Gobierno español  (si no me creen, compárenlos en Google), algunos rasgos de la personalidad de Zapatero.

Mr. Bean, por si alguien no lo conociera, es un solitario inglés cuyo cinismo y torpeza son capaces de desatar la mayor hecatombe posible provocando las carcajadas del público. Se trata de un humor casi infantil, sin malicia alguna, pero ciertamente ácido. Pues bien, da la casualidad de que estoy en condiciones de afirmar que el personaje de Mr. Bean se inspiró en mi muy apreciado Presidente. Si no fuera porque la serie se ideó en los 90, cuando Zapatero era un diputado raso por la provincia de León, casi podrí­a hasta jurarlo.

No es que esté aprovechando esta anécdota para zurrar sin piedad al lí­der de mi Gobierno, es que de verdad creo que son la misma persona, que al inquilino de La Moncloa (residencia oficial de los jefes del Gobierno español) le ha abducido el tal Mr. Bean. Y si no, vayan estos ejemplos para demostrarlo.

Para empezar, Zapatero tomó las riendas de la Presidencia rotatoria europea con un mensaje de gran calado, directo y con una carga de profundidad brutal.  No lo dijo él, pero el mensaje vení­a del jefe supremo. «Zapatero tiene fuerza para liderar la recuperación económica de la UE», clamaron al uní­sono nada más estrenarse 2010 la jefa de relaciones internacionales de los socialistas y el secretario de Asuntos Europeos. La coña tendrí­a gracia si no fuera porque España sólo lidera desde hace algún tiempo las estadí­sticas más terribles. Que no estamos para gestas, vaya. Bastante tenemos con sobrevivir al holocausto constante de trabajadores que van cada dí­a camino del paro. Hace falta tener mucha cara para ponerse a liderar recuperaciones económicas internacionales con una tasa de desempleo en casa del 20% (según la previsión del FMI). Debe ser que con el 40%  de los jóvenes en paro y con una caí­da del PIB de un 3,8% la cosa está controlada y por eso Zapatero ha decidido exportar la receta por Europa. Eso o es que, con los malos augurios que nos esperan,  nos da por imposibles. Y no me extraña. Si yo pudiera me largaba de aquí­ corriendo al grito de «sálvese quien pueda». Yo y el 79% de los españoles, que se manifiestan «muy preocupados» por la que está cayendo, según la última encuesta oficial, el mayor porcentaje desde hace lustros. El otro 21% debe de vivir en Marte porque el año se ha cerrado en España con casi cuatro millones de parados, 800 mil más que en 2008. Récord histórico.

Y si somos campeones europeos en la destrucción de empleo la cosa no va mucho mejor en la creación de riqueza. España será de las pocas economí­as occidentales en seguir en recesión este año y por mucho. La caí­da del PIB se estima en un 0,7% y en 2011 la recuperación será tan tí­mida que ni nos enteraremos y así­ no se crea trabajo.

Pero Zapatero va por libre. A su aire. Si en plena campaña para su reelección, en marzo de 2008, engañó a medio paí­s asegurando que España estaba libre de la crisis y que, como mucho, viví­a una «desaceleración», y lleva un año anunciando «brotes verdes» en una economí­a cada dí­a más enmohecida, ahora vaticina que en 2010 se acabarán todos nuestros males, que ganaremos el Mundial y que Angelina Jolie lo celebrará encantada con nosotros en privado. No se lo cree ni él. Menos mal que no se va a jugar a la ruleta lo que queda de las maltrechas arcas públicas (el endeudamiento estatal lo van a pagar a este paso nuestros nietos) porque si no acabábamos mendigando por toda Europa. Y eso suponiendo que quede algo del Viejo Continente porque seis meses de reinado de Mr. Bean dan para mucho y la catástrofe está asegurada.

Mientras tanto, a todos aquellos que puedan, huyan de aquí­.