Francia quiere que la cumbre de mañana de la Unión Europea mande un «mensaje contundente» de respaldo a Grecia, tras advertir el Fondo Monetario Internacional que sus dirigentes deben hacer más para evitar que la crisis de la deuda contagie la economía de la totalidad del continente.
El presidente francés Nicolas Sarkozy viajará a Berlín en las próximas horas para acordar con la canciller Angela Merkel un nuevo plan de ayuda para Grecia.
PARíS / Agencia AP
Su encuentro tendrá lugar antes de la reunión cimera que mantendrá mañana la Unión Europea y que según pronosticó Merkel no producirá «nada que sea espectacular».
Empero, los mercados esperan avances concretos en el acuerdo sobre la deuda griega para que se disipen los temores sobre la crisis financiera que ha contagiado a países más grandes como Italia.
El ministro de Hacienda francés Francois Baroin advirtió hoy en la radioemisora France-Info que «mañana se debería emitir una advertencia contundente, al más alto nivel».
«Sea lo que fuere, debe garantizar la estabilidad de la eurozona», indicó. Pidió además mayor flexibilidad en las tasas de interés para Grecia «a fin de que pueda manejar las tensiones de la deuda soberana a largo plazo».
Por otra parte, el presidente de la Comisión Europea pidió el miércoles a los líderes de la eurozona que elaboren un plan creíble contra la crisis de la deuda soberana de la región, en su reunión cimera del jueves.
El portugués José Manuel Barroso advirtió hoy que «nadie debería hacerse ilusiones, la situación es muy grave».
Barroso dijo que como mínimo, los reunidos deben ofrecer un plan para hacer sostenible la deuda de Grecia, bajo qué condiciones tendrán que participar los acreedores privados en nuevo plan de rescate de Atenas y qué nuevos poderes otorgar a su fondo de contingencia.
Barroso pidió además al Banco Central Europeo que actúe de forma responsable, en referencia a la amenaza de la entidad de congelar las actividades de los bancos griegos en caso de que los bonos soberanos del país incurran en el impago.
El FMI difundió hoy un informe en el que pidió a los líderes europeos que actúen con más audacia para evitar que los problemas de la deuda afecten a los miembros más sólidos de la eurozona y ahoguen el crecimiento en todo el continente.
No existe «un mapa coherente por delante», advirtió, e indicó que ello podría producir «posiblemente contagios significativos regionales y globales».
Acusó a los gobiernos de «retroceder, amenazando con dar la espalda al reloj de la integración económica y financiera. …Estos acontecimientos fácilmente podrían hacer peligrar la recuperación y empañar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo».
«Los participantes en el mercado siguen sin ser convencidos de que esté al caer una solución sostenible», indicó el informe. «Limitar nuevos daños tiene ahora una importancia crucial».