Movimiento en el aprendizaje -II de II-


Raymond J. Wennier

¡Basta, la violencia no puede dominarnos! La semana pasada presenté desde cuándo viene la metodologí­a de «sentarse y portarse bien», usada en aula con los niños y jóvenes, sin darles oportunidad de moverse. Vemos que es importante usar los ejercicios de movimiento desde el nacimiento de los bebés. Dije que es obligación de los padres de familia saber cómo se aplica el movimiento a los bebés e infantes durante los primeros años de su vida. Pero no todos han tenido la oportunidad de aprender cómo se hace. í‰sta es una razón para implementar la educación inicial con decisión y determinación para que todos puedan privilegiar a sus hijos desde el principio de su vida. En enero del año entrante serí­a de mucha utilidad que el Mineduc provea dentro de otros puntos, un curso sobre cómo usar el movimiento en el aula, no simples actividades sin mayor propósito, en su planificación. Este curso serí­a a nivel nacional para los más de 125 mil maestros en las aulas. Eso significa que el Mineduc tiene que tener la estructura de no sólo dar cursos, sino tener un programa de acompañamiento continuo a los maestros para su implementación, en beneficio de los niños. A pesar de conocer hoy dí­a, más acerca de la historia de una metodologí­a activa y con tantos educadores notables y experimentados en el campo de la educación, que desde años han hablado de la importancia del uso de movimiento en el aprendizaje, aún no es conocido su valor y mucho menos se incluye su aplicación amplia en los planes de trabajo de la mayorí­a de los maestros. Las razones biológicas que sustentan el movimiento en el aprendizaje son que eso requiere más recursos neurales para hacer los movimientos, lo que significa que hay un aumento en atención para fijarse más y en el uso de las habilidades de pensamiento. Los alumnos recuerdan más fácilmente lo que está relacionado al movimiento. Acabo de usar música como un medio para poner a los alumnos en movimiento. Los niños y jóvenes responden corporalmente y rápidamente a la música. Usé una canción que tení­a números en su tí­tulo. Para hacer el cuento corto, demostré cómo integrar todas las materias académicas a esa ocasión. Sabemos que el movimiento influencia el cerebro de los niños y jóvenes en el aprendizaje. ¿Cómo? El área del cerebro más asociada con el control motor es el cerebelo que está localizado debajo del lóbulo occipital. El cerebelo contiene casi la mitad de todas las neuronas en el cerebro. El cerebelo influencia las partes del cerebro responsables de la memoria, atención y de la percepción espacial igual que del movimiento. Esas mismas áreas del cerebro corresponden al proceso de aprendizaje. Por eso hay que sacar a los niños de sus pupitres. Los estudios del funcionamiento del cerebro demuestran la relación entre el movimiento y el sistema visual, entre el movimiento y el sistema del lenguaje, entre el movimiento y la memoria y atención, como dije antes. El cerebelo irradia sus estí­mulos al lóbulo frontal donde se realizan las funciones ejecutivas igual como a otras partes del cerebro. Esa interacción ayuda a los niños a mantener su balance, cambiar un pensamiento en acción y coordinar los movimientos. Por eso es indispensable iniciar a los niños en forma integral, incluir movimiento en todas las materias. No hacerlo solamente con los niños pequeños. A los adolescentes que están en el proceso de cambios fí­sico-emocionales es apropiado permitirles la opción de moverse dentro de las metodologí­as usadas en el aula. ¡Cómo se va a requerir a un adolescente sentarse quieto toda la jornada escolar, sin movimiento! El movimiento se usa como una estrategia para reforzar la memoria, aumentar la motivación y espí­ritu en la clase que tanto necesitan los adolescentes. Otra relación biológica entre el movimiento y el aprendizaje es la actividad fí­sica que aumenta el flujo de sangre al cerebro, llevando más oxí­geno al mismo y por consiguiente mejora el funcionamiento cerebral. El ejercicio quita la ansiedad de los niños y jóvenes al moverse produciendo mejor comportamiento en el aula, lo que resulta en más atención y actitud positiva hacia los estudios. No todo lo relativo a la educación formal tiene que realizarse adentro del aula. Igual a los niños del siglo pasado que estaban acostumbrados al aire libre, a los de hoy dí­a también les gusta estar afuera para aprender del ambiente. Esa actividad permite a los niños ejercitar su creatividad «en movimiento», viendo todo lo que pueden apreciar en su entorno ejercitando las habilidades necesarias para el siglo XXI. Si un propósito de la educación formal es despertar en los niños y jóvenes conciencia de su ambiente, entonces el movimiento tiene que ser una parte integral de su educación. En su libro, «Spark: The revolutionary new science of exercise and the brain», John J. Ratey dice que el ejercicio es la herramienta más poderosa que cada quien tiene para optimizar las funciones del cerebro. Es indispensable incorporar el movimiento al aprendizaje.