Movimiento Apolí­tico contra la Impunidad


Las tres hermanitas Suruy Socoret murieron el dí­a viernes en un hecho horrendo, un triple asesinato que, si el de Rodrigo Rosenberg fue la gota que rebalsó el vaso como dicen muchos, éste debe de ser la tapa al pomo para un sistema inoperante y desgraciado para el paí­s.

Pedro Pablo Marroquí­n
pmarroquin@lahora.com.gt

El crimen no causó tanta indignación entre los sectores sociales, porque al fin de cuentas corresponsable de este hecho, además de él  o los animales que lo cometieron, es un sistema que en silencio nos está acabando y sin que nosotros hagamos nada por denunciarlo y menos por enfrentarlo.

Está más que claro que quienes se encargan y se han encargado de la seguridad en Guatemala, por décadas han fracasado en diseñar alguna forma de prevenir el crimen. Las autoridades y nosotros como sociedad  siempre vamos un paso  atrás y  al ir en desventaja, la justicia debiera jugar un papel fundamental, porque a  pesar de que ésta lastimosamente no revive a los muertos ni elimina el dolor, podrí­a dar el sentimiento de quien la hace, la paga.

La justicia en este caso debe de ser pronta y cumplida y eso lo deberí­amos de procurar todos, exigiendo una investigación ágil, honesta, profesional y fundamentada en derecho para que así­, se pueda emitir un fallo judicial enérgico que sirva de golpe de efecto para todos aquellos a los que hoy por hoy, matar les sale barato.

Soy de las personas que considera que los esfuerzos de los que queremos un mejor paí­s deben estar orientados al fortalecimiento de la justicia, porque a mi juicio, es la única herramienta que en un corto plazo nos puede hacer sentir el cambio.

Hay que empezar por depurar el Ministerio Público, fiscal a la cabeza, y exigir mejores jueces y magistrados. Siendo realistas, esos cambios no llegarán de la noche a la mañana y siempre habrá uno que otro gol. Ello no quiere decir que nos quedemos de brazos cruzados y por ende debemos de unirnos para crear un Movimiento Apolí­tico Contra la Impunidad en Guatemala.

Un movimiento que sea el brazo de la sociedad que acompañe a la Comisión Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG),  para el que todas la muertes sean igual de importantes y todos los negocios obscuros sean igual de deplorables. Un movimiento que nos permita que la población recobre sus viejos principios y altos valores, a través de la aplicación de la justicia.

Un movimiento que enfrente el sistema y a TODOS aquellos que se aprovechan de él. El movimiento deberí­a de surgir como el vehí­culo para canalizar y aglutinar todas las manifestaciones de repudio en contra de la situación que vive el paí­s.

La única agenda del movimiento debe de ser Guatemala y tenemos que tener la capacidad de que el movimiento sea de todos y no solo de unos dos o tres que quieran figurar en las fotos.

Pero con tantas personas en nuestro paí­s que se han y se benefician del sistema que hoy tenemos, ¿cuántos seremos aquellos que nos unamos para cambiarlo?