Movilización en Bagdad


Operativo. Policí­as iraquí­es participan en los operativos de seguridad destinados a encontrar a cinco británicos secuestrados.

Las autoridades iraquí­es y el ejército norteamericano trataban el miércoles de responder al audaz secuestro de cinco británicos, raptados el martes en Bagdad por hombres armados que llevaban uniformes policiales, en una ciudad que vuelve a sumirse en el caos.


Esta operación, realizada en pleno dí­a en el centro de la capital, asestó un fuerte golpe al plan de seguridad lanzado a mediados de febrero y que incluye un dispositivo de más de 85.000 hombres, norteamericanos e iraquí­es, desplegados en Bagdad.

«El lugar del secuestro, la naturaleza de la operación, el número de personas involucradas (…), todo sugiere que se trata más de una acción de una milicia que de un grupo terrorista», declaró a la AFP el ministro de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari.

El canciller sugirió que el Ejército del Mahdi, la milicia del religioso chiita radical Moqtada Sadr, podrí­a ser responsable de este secuestro, y no un grupo vinculado a Al Qaida.

«La localización es interesante para todo el mundo. Es cerca de Ciudad Sadr, una zona predominantemente chiita controlada principalmente por (…) el Ejército del Mahdi, que fue muy activo aquí­», señaló Zebari a la BBC.

«Debe haber milicias trabajando fuera de la ley en esta zona y con buenos contactos con la policí­a local para ser capaz de llevar a cabo esos secuestros», agregó Zebari, reconociendo que las fuerzas de seguridad estaban infiltradas por las milicias y los grupos armados.

La corriente del jefe radical chiita Moqtada Sadr desmintió toda implicación en dicho secuestro, presentado por algunas personas como una respuesta a la muerte de un jefe del Ejército del Mahdi en Basora durante una operación de las fuerzas iraquí­es y británicas.

«Es una mentira, que no nos sorprende dado que nuestra posición hostil a las fuerzas de ocupación es bien conocida. Aunque los secuestradores se hayan dirigido hacia Ciudad Sadr, eso no quiere decir que hayan procedido de allí­. Y de todas formas, el gobierno iraquí­ tiene autoridad sobre todo el paí­s», declaró a la AFP Nasar Al Rubaie, un diputado de la corriente sadrista.

La presidencia, la oficina del primer ministro y el ministerio del Interior de Irak se negaron a hacer comentarios.

En la calle Palestina, los vecinos continuaban el miércoles conmocionados por este secuestro, perpetrado en un edificio oficial del ministerio de Finanzas.

«Llegaron cuatro camionetas llenas de hombres armados. Llevaban uniformes de los comandos policiales, eran muy corteses, cerraron las salidas y los comercios cercanos», dijo la propietaria de una tienda que solicitó el anonimato.

«Uno de ellos tení­a el grado de comandante, el otro llevaba traje. Entraron y se quedaron unos 15 minutos. Cerraron la calle a la circulación y luego hicieron salir a los cinco extranjeros del edificio», explicó.

«Un funcionario me contó que el comandante habí­a preguntado adentro: ’¿Quiénes son los extranjeros’, antes de esposarlos. Yo sólo escuché un disparo, y fue probablemente un error de manipulación», agregó este testigo.

En Londres, el Foreign Office confirmó que las cinco personas secuestradas eran de nacionalidad británica.

Se trata de cuatro empleados de la empresa de seguridad canadiense Garda World y de su cliente, un empleado de la empresa norteamericana de gestión BearingPoint, que trabaja como subcontratista del gobierno estadounidense para reactivar a la devastada economí­a iraquí­.

El lugar era custodiado por 26 hombres del servicio de protección de las instalaciones.

«Luego se llevaron a los extranjeros, pero uno de ellos logró esconderse en el subsuelo», añadió.

Aparentemente, unos 20 guardias fueron arrestados por las fuerzas norteamericanas para interrogatorios, según esta fuente.

85 mil agentes entre policí­as y soldados conforman el cuerpo de seguridad desplegado en Irak.