¡Alégrate por haber fracasado en el amor! Eso te enseñará a no poner tus ojos en la belleza fí­sica, sino en la pureza interna.

¡Alégrate por haber fracasado en la amistad! Porque comprenderás que para ganar amigos tienes que ser tú primero amigo.

¡Alégrate cada vez que se te cierre una puerta! Así­ aprenderás a abrirte camino por ti mismo y a construir un nuevo futuro con tu propio ingenio.

¡Ponte de rodillas y da gracias por esa lluvia de dificultades! Recuerda que de esa forma creces en humildad y tu espí­ritu se fortalece.

¡Los fracasos superados hacen a los gladiadores del triunfo!