Mosquitos resistentes podrí­an ayudar en el combate del dengue


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Un grupo de cientí­ficos australianos ha logrado progresos prometedores para controlar la fiebre del dengue, una enfermedad tropical transmitida por mosquitos: Han reemplazado los insectos comunes por mosquitos modificados que no pueden propagar el virus del dengue.

Por MALCOLM RITTER NUEVA YORK / Agencia AP

Más de 50 millones de personas por año contraen el virus del dengue por picaduras de mosquitos infectados en áreas tropicales y subtropicales, incluso el sudeste del Asia. Puede causar fiebre debilitante, jaquecas severas y dolor en los músculos y las articulaciones, y desembocar en una complicación fatal. No hay vacuna ni tratamiento especí­fico.

Algunos cientí­ficos han tratado de combatir el dengue limitando la población de mosquitos. Ese fue el objetivo de soltar mosquitos modificados genéticamente en algunos sitios en Malasia y las Islas Caimán.

Los cientí­ficos australianos asumieron un enfoque diferente, según informaron en la edición de hoy de la revista Nature.

En primer lugar, demostraron que el mosquito Aedes aegypti, principal portador del virus del dengue, resiste la propagación del virus si es infectado con un tipo particular de bacteria. Después probaron si estos mosquitos resistentes podí­an desplazar a los mosquitos ordinarios reduciendo el número de los propagadores del dengue.

Los mosquitos resistentes tienen una ventaja en la reproducción. Las hembras resistentes pueden acoplarse con mosquitos resistentes u ordinarios y toda su descendencia será resistente, pero cuando las hembras ordinarias se acoplan a un macho resistente, no sobrevive ningún descendiente.

En su experimento, los cientí­ficos liberaron más de 140 mil mosquitos resistentes durante más de 10 semanas en dos comunidades aisladas cerca de Cairns, en el nordeste de Australia, a partir de enero. A mediados de abril, se halló que los mosquitos resistentes componí­an del 90% al 100% de la población silvestre.

El resultado es un primer paso promisorio, comentó Jason Rasgon, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Baltimore, en un comentario que acompaña el informe.

Rasgon, que no participó en el estudio, dijo que el próximo objetivo serí­a poner a prueba el concepto en áreas donde el dengue se propaga constantemente, en vez de Australia, donde es esporádico. Los investigadores también deberán demostrar que funciona contra distintas cepas del virus del dengue, agregó.