La actriz parisina Jeanne Moreau protagonizó un momento único este fin de semana en el 21° Festival Primeros Planos de Angers con su lectura de «El monje», un guión que el director español Luis Buñuel escribió con su cómplice Jean-Claude Carrií¨re y nunca pudo llevar a la pantalla.
El Festival de Angers programó en esta ciudad del oeste de Francia una retrospectiva «Todo Buñuel», compuesta por las 32 películas que el director aragonés realizó entre 1928 y 1997, un par de documentales sobre el cineasta, y como momento culminante la lectura de este guión poco conocido.
«El monje», una novela gótica que el inglés Mathew Gregory Lewis escribió en 1795, gustaba mucho a los surrealistas franceses amigos de Luis Buñuel, que conoció el relato en una traducción de Antonin Artaud editada en los años sesenta.
Buñuel escribió una adaptación con Carrií¨re después de estrenar «Diario de una camarera» en 1964, pero, según explicó el mismo Carrií¨re en Angers, «una vez terminado, los dos productores se pelearon y Buñuel no pudo hacer la película».
Resumiendo de forma grosera este relato subversivo lleno de sabrosos detalles, «El monje» sigue los pasos del padre Ambrosio, un religioso que desde el púlpito defiende la castidad a ultranza hasta el punto de predicar contra el matrimonio.
Pero el padre Ambrosio sucumbe a los encantos de la hermosa Matilde, conoce la pasión, el despecho, los remordimientos y la atracción irresistible por Antonia, una adolescente que la pérfida Matilde le ofrece en bandeja.
Descubierto por la madre de la joven, el padre Ambrosio se confiesa «culpable de fornicación, brujería y homicidio». La Inquisición toma cartas en el asunto y para librarse de la tortura y la muerte en la hoguera, el monje acepta un pacto de sangre faustiano que le propone Matilde.
La última escena de la película nos traslada a la plaza san Pedro de Roma, hoy en día, donde el Papa imparte al bendición «Urbi et Orbi». Un papa vitoreado que tiene los rasgos del padre Ambrosio.
De ese guión, francés pero con reminiscencias del anterior Buñuel mexicano, con momentos que hacen pensar en «Los olvidados» «Simón del desierto» o «Ese oscuro objeto del deseo», salió en 1972 una película dirigida por Ado Kyrou, un ensayista y cineasta francés amigo de Buñuel y de los surrealistas, protagonizada por Franco Nero y Nathalie Delon, con música de Ennio Morricone.
«La versión de Kyrou fue muy diferente y no muy lograda, la verdad», comentaba Carrií¨re en Angers.
El planteamiento del dúo era ambicioso. Buñuel y Carrií¨re habían hablado primero con Gerard Philipe y pensaron luego en Alain Delon y Omar Shariff para el papel de Ambrosio.
«Tenían que ser actores muy guapos», precisaba Carrií¨re en Angers. También tenían el acuerdo de Michel Piccoli como gran inquisidor.
El papel de Matilde, la «mujer tentación», Buñuel tenía claro que era para Jeanne Moreau, que tenía entonces 36 años y acababa de protagonizar «Diario de una camarera».
Carrií¨re no disimulaba su emoción en Angers ante la ocasión única que suponía poder asistir ahora a la lectura de este guión por la actriz parisina, que acaba de cumplir 81 años con una extraordinaria vitalidad.
En el Gran Teatro de la ciudad de Angers (oeste de Francia) no cabía ni un alfiler la tarde del sábado. Las 739 butacas del aforo estaban ocupadas bastante antes de que empezara la función el acontecimiento.
El telón rojo sangre del teatro cerrado como fondo, una mesa sencilla con una botellita de agua que no sirvió y una lamparita, un pie con dos micros, una silla plegable.
El público contuvo la respiración cuando la figura menuda de la actriz octogenaria -cabello muy rubio, chaqueta azul claro, blusa blanca y pantalón vaquero- apareció en el escenario con las cuartillas en la mano. Se ajustó las gafas y con su voz grave, ronca, de inmediato hechizó al público como Matilde al padre Ambrosio.
Una prolongada ovación cerró las dos horas y media de lectura que el público siguió en penumbra y en medio de un silencio absoluto. Embargado por la misma emoción que sintió Jeanne Moreau preparando esta lectura única, según confió a la AFP.
«Sólo don Luis y Carrií¨re eran capaces de tener la idea de hacer esta película», aseguró. ¿Sería posible filmar hoy en día este guión que no deja bien parada a la Iglesia? «Ni a la Iglesia ni al poder y, con todo lo que vemos hoy en día, sería el momento de hacerla, señor mío», zanjó con firmeza.