Cinco días después de que un alud dejara 16 muertos en el monte Everest, muchas expediciones internacionales abandonaron el campamento base de la montaña más alta del mundo.
Casi la mitad de los grupos tomaron la decisión junto a los sherpas nepalíes y comenzaron a descender, según señaló hoy el sherpa local Karna Tamang desde el campamento base.
«Todos los sherpas quieren bajar, pero algunas empresas no», dijo Tamang, cuyos colegas están negociando con las expediciones a las que no convencieron de retirarse.
La mayoría de los grupos de escaladores depende de la ayuda de guías y porteadores nepalíes, sin los cuales es prácticamente imposible concretar un ascenso.
«Los sherpas votaron que querían bajar y recogieron sus cosas», señaló Ed Marzec, cuya expedición perdió el pasado viernes a cinco montañeros por una avalancha.
Pero se tardará una semana hasta que se suspendan todas las ascensiones, señaló Ngima Dendi Sherpa, cuyo hermano dirigió una expedición que decidió bajar desde el campamento base.
Por razones emocionales algunos prefieren dejar de lado cualquier intento de cima. «Perdí toda la energía para ascender», dijo Chhedar Sherpa al diario nepalí «República».
«Nunca estuve tan cerca de la muerte. El suceso me hizo temblar por dentro», relató.
Abril y mayo es la época en la que más expediciones hay para ascender la montaña más alta del mundo. De momento aún es incierto si los sherpas seguirán guiando esta temporada a turistas que paguen por subir a la cumbre.
Un alud sorprendió a los montañistas guías y porteadores nepalíes tras salir del campamento base el viernes pasado. Trece personas, todas sherpas, murieron y otras tres continúan desaparecidas.
El gobierno nepalí ofreció inicialmente a las familias de las víctimas 40.000 rupias (unos 411 dólares) de indemnización, algo que éstas rechazaron por considerarlo miserable. Ahora se construirá un monumento a las víctimas.
Además, en el futuro el gobierno asegurará a los sherpas con más de 11.000 euros (unos 15.700 dólares), el triple que antes. También se les pagará tratamiento médico hasta 3.000 euros (unos 4.100 dólares).
Las expediciones al Himalaya son una de las principales fuentes de ingresos del empobrecido país.