Monseñor Ramazzini se va de San Marcos, pero deja su legado


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Monseñor Álvaro Ramazzini, quien por disposición del Papa Benedicto XVI dirigirá a partir de este sábado la Diócesis de Huehuetenango, se despidió de de los habitantes de San Marcos, donde desarrolló su apostolado durante 23 años; el Obispo agradeció a todo el pueblo marquense, por haberle permitido ser parte de sus sueños, de sus ilusiones, sus problemas y sus ideales.

Por Erasmo González San Marcos / Agencia Cerigua

En un video publicado en la Internet, el religioso subrayó que la causa de los y las marquenses ha sido su causa, así como sus preocupaciones las ha hecho propias; “lo siento en el alma, en el corazón, porque además de ser obispo soy guatemalteco, y porque además de ser obispo y guatemalteco quiero ser una persona consecuente con lo que creo y con lo que vivo”, indicó.

Distintos sectores sociales del occidental departamento de San Marcos lamentaron el retiro del jerarca de la Iglesia católica de esta Diócesis y mostraron su agradecimiento por el trabajo efectivo y constructivo que llevó a cabo en beneficio de los sectores más vulnerables de la población.

El punto de partida de su quehacer pastoral y social fueron las primeras visitas que hizo a las comunidades, incluso las más postergadas, con el objetivo de conocer de cerca las necesidades y las condiciones de vida de las familias del área rural del departamento.

Con esta base y con los resultados de estudios sociológicos llevados a cabo a través de las pequeñas asambleas parroquiales, determinó el grado de pobreza en la que se encuentra la población del campo y a la vez, las estrategias de trabajo que deberían adoptar las organizaciones comunitarias para hacer frente al hambre y a la pobreza.

Los primeros tropiezos que Ramazzini tuvo que salvar fueron los relacionados con el resurgimiento de los problemas limítrofes, especialmente entre los municipios de Ixchiguan y Tajumulco; Comitancillo y Sipacapa; Sibinal y Tacaná, problemas que aún persisten.

El Obispo participó como mediador en el conflicto surgido entre los trabajadores agrícolas y los empleadores de la finca cafetalera San Luis, de Malacatán, por el reclamo de tierras nacionales que por largos años fueron cultivadas por los campesinos, antes de pasar a ser propiedad privada.

Consciente de que la tierra debe estar en manos de quien la trabaja, el religioso católico encaminó sus acciones para lograr que las familias del área rural tuvieran acceso a un pedazo de este recurso, para tener dónde trabajar y poder salir de la pobreza y extrema pobreza.

Por ese motivo se distinguió como férreo opositor a la minería que extrae metales preciosos a cielo abierto y en forma inconsulta en el municipio de San Miguel Ixtahuacán y rechazó rotundamente las licencias de exploración y explotación de los yacimientos de Uranio, otorgadas por el Ministerio de Energía y Minas.

Demostró, por medio de documentos y estudios realizados, que la explotación de las minas, además de provocar destrozos al suelo, provoca la muerte de la flora y la fauna, al contaminar el agua y el aire por el uso del cianuro para la extracción de oro.

Ramazzini propuso a la comisión de alto nivel para la minería, un aumento a las regalías en un 50 por ciento, como mínimo, partiendo de que las empresas extranjeras se llevan las ganancias y dejan las migajas para una población necesitada, además de proponer reformas a la ley de minería.

En su momento cuestionó el Tratado de Libre Comercio (TLC) por ser incompatible con las posibilidades y carencias de un país con altos índices de pobreza y analfabetismo, imposible de competir con los países industrializados; asimismo, adversa y denuncia el maltrato que reciben los migrantes durante el trayecto al sueño americano y al llegar al país de destino.

Muchos sectores marquenses, principalmente los más vulnerables, creen que con el traslado de Ramazzini quedarán desprotegidos y sin voz para defender sus intereses, sin embargo, deja un legado que trasciende y muchos seguirán su ejemplo de liderazgo y sus enseñanzas en la lucha por las reivindicaciones sociales para lograr una nación diferente.

HUEHUETENANGO
Asume como Obispo

Hoy asumió monseñor Álvaro Ramazzini como nuevo obispo de la Diócesis de Huehuetenango. Sus primeras palabras fueron: «Que me acepten para guiar sus caminos hacia el Reino de Dios. Hay una voluntad de Dios sobre Huehuetenango; hay una voluntad de Dios sobre San Marcos. Vengo con tristeza y entusiasmo de querer servirles».
 
La misa fue concelebrada con otros obispos. Además, también servirá para que monseñor Bobadilla dé gracias por 16 años de servicio como obispo en Huehuetenango.