Como el hijo pródigo de la parábola evangélica, el monje italiano que se hizo famoso por cantar en una banda de heavy metal deja los escenarios y vuelve al rigor de su comunidad franciscana convencido de que sabe más el diablo por rockero que por diablo.
«Muero como hermano metalero porque el diablo, el que divide, ha tratado de separarme de mis amigos, mi banda, mis hermanos», declaró a la BBC el capuchino Cesare Bonizzi, de 63 años, líder del grupo «Fratello Metallo», con el que ha ofrecido conciertos, grabado discos y alcanzado notoriedad.