Tres momias chilenas de 7 mil años de antigí¼edad, pertenecientes al pueblo chinchorro y que son consideradas por la arqueología como las más antiguas del mundo, se exhiben desde esta semana por primera vez en Santiago, tras un extenso viaje desde el extremo norte de Chile.
La exhibición «Arica: Cultura Milenaria» abrió el miércoles en el Centro Cultural del Palacio de La Moneda, y sus principales protagonistas son las tres momias chinchorro -dos adultos y un niño- que vivieron hace siete milenios en el desierto de Atacama, el más árido del mundo y 2 mil años antes que las momias egipcias.
«Esta muestra servirá para demostrarle a los chilenos que tenemos las momias más antiguas del mundo, algo que es reconocido por la comunidad arqueológica internacional», señaló Hermann Mondaca, miembro de la investigación y creador de un documental que profundizó en ellas.
La cultura chinchorro se instaló hace 10 mil años entre la región peruana de Ica (por el norte) y la actual ciudad chilena de Antofagasta (al sur). A mitad de camino entre ambas se encuentra Arica, ciudad donde se han encontrado desde 1921 la mayor cantidad de momias de este pueblo indígena.
Los chinchorros eran considerados hasta el siglo pasado como un pueblo primitivo, dedicado sólo a la pesca y a la recolección de algas. Sin embargo, su adelantado método de momificación demostraría que en realidad poseían una rica cosmovisión de la vida y la muerte.
«Los cuerpos eran desmembrados, sus órganos removidos, desollados y sus pieles puestas a secar. Luego sus huesos eran rearmados con totoras y juncos, para después ser cubiertos con una pasta de barro y sus rostros con máscaras», relató Mondaca, quien calificó a las momias como «verdaderas obras de arte».
Visualmente son muy atractivas: lucen con colores rojos y negros en sus cabellos y sus mascarillas faciales modelan los ojos, nariz y boca; y todo el proceso sigue proporciones anatómicas.
Las momias presentan además distintos métodos de elaboración.
«Existen las momias negras, las que adquieren ese color al ser cubiertas por una pasta de magnesio y barro, que da un aspecto mortuorio más impactante. í‰stas son las más antiguas», explicó Mondaca.
A las momias negras se suman las rojas, que se remontan hace 4.600 años, a las que «a través de incisiones en el abdomen removían los órganos interiores y luego rellenaban las cavidades con piel de aves marinas. Al sellar el cuerpo se recuperaba el volumen», agregó el documentalista.
La Universidad de Tarapacá de Arica ha rescatado desde el suelo nortino más de 1 mil de estas momias que se han conservado debido al delicado equilibrio que posee entre salinidad y humedad, «algo que no se repite en ninguna parte del mundo», afirmó Mondaca.
«La gran cantidad de momias indica que los chinchorros no discriminaban a la hora de la momificación, como ocurría con la cultura egipcia donde sólo faraones y sacerdotes eran momificados», señaló.
Las momias llegaron a Santiago bajo estrictas medidas de seguridad debido a su milenaria antigí¼edad, que al ser expuestas a temperaturas extremas o a alta humedad pueden sufrir daños irreparables.
«Fue necesario reacondicionar una sala especial del recinto: la temperatura oscila entre los 20 y 25 grados Celsius y la humedad se mantiene constante en un 30%. Son los objetos más delicados que hemos tenido aquí», manifestó Catalina Guerrero, guía de la exhibición.
Además de las tres momias se exhiben unos 850 objetos que las acompañaban, como anzuelos y mallas de pesca, ganchos hechos de conchas, pesas de piedra y tejidos de cestas y esteras.
El gobierno chileno propondrá a la UNESCO la postulación de las momias y la cultura chinchorro como patrimonio de la humanidad en 2009.