El primer ministro ruso Dmitry Medvedev dijo que el fallido lanzamiento espacial de esta semana ha mancillado el prestigio de la nación y advirtió que los responsables deberán rendir cuentas.
Un cohete auxiliar Proton-M lanzado el lunes no logró colocar en órbita dos satélites de comunicaciones, fracaso que siguió a otros lanzamientos fallidos. Fue iniciada una investigación oficial.
Medvedev dijo ayer que el fracaso podría haber sido causado por el «descuido tradicional» y agregó que presidirá una reunión gubernamental la próxima semana para analizar el caso y designar a los responsables de lo ocurrido.
«No podemos tolerar esto por más tiempo», indicó el premier al principio de una sesión del gabinete. «Estamos perdiendo nuestro prestigio y miles de millones de rublos».
El programa espacial ruso ha sufrido varios contratiempos atribuidos a fallos de fabricación y errores de ingeniería, entre ellos la pérdida de una sonda robot para estudiar una luna de Marte que fue lanzada en noviembre y se estrelló en enero.
En agosto del 2011, un cohete auxiliar Soyuz parecido a los utilizados para llevar cargamento a la Estación Espacial Internacional no funcionó debidamente, lo que abrió la posibilidad de que se tuviera que mantener deshabitada la estación. Los funcionarios espaciales rusos culparon el desastre a un fallo «accidental» de fabricación y revisaron todos los cohetes en busca de problemas similares, tras lo cual fue reanudado el lanzamiento de los Soyuz.
No es la primera falla del sistema espacial ruso. Rusia perdió tres satélites de navegación en diciembre del 2010 y en febrero del 2011 un satélite militar, así como otro de telecomunicaciones en agosto de ese año.
Las autoridades culparon a los lanzamientos fallidos de la crisis industrial que trajo el fin de la Unión Soviética, que congeló la modernización de un programa espacial alguna vez orgullo del país, que puso el primer satélite en órbita y que envió al primer ser humano al espacio.
A pesar de un aumento constante de financiación gracias a los ingresos del petróleo, el sector espacial ruso sigue dependiendo de equipos obsoletos y especialistas envejecidos, al tiempo que los estándares de producción se han degradado.