La diseñadora chilena Karyn Coo demostró que la moda y su entorno social pueden ir de la mano, pues el drama de los 33 mineros que permanecieron a cientos de metros bajo tierra tras un derrumbe en su país hizo que se adentrara en el mundo de esos trabajadores para concebir su línea otoño-invierno 2012.
El resultado: una colección que traduce la rudeza de la minería en siluetas femeninas volátiles y románticas.
Aún en el interior de la tierra, la mujer de Coo brilló ayer en la Semana de la Moda de la Ciudad de México con trajes de noche realizados en su mayoría con una versátil gasa de seda.
«Se ve mi impronta, lo femenino, lo elegante, lo inocente, sigue ese lado de Karyn», dijo la diseñadora ganadora de la segunda edición latina de «Project Runway» antes de su desfile.
En la mina visualizada por Coo, la belleza tomó forma con telas delgadas con teñidos en tonos negros y grises que remitían al subsuelo. La dinámica de los metales y los minerales la plasmó en accesorios con piedras semipreciosas, que presentó en bruto, y cadenas doradas, que en algunos vestidos servían como flequillos.
Las modelos se convirtieron así en mineras, cuyo tocado era una versión diminuta de las lámparas que tradicionalmente usan estos trabajadores. Lucieron blusas ligeras con drapeados y transparencias acompañadas con estampados florales, que contrastaban con la textura gruesa de sus chalecos de lana trabajada artesanalmente y el cuero.
Su investigación sobre la minería la llevó a referencias sobre las arduas condiciones laborales de los mineros chilenos en su propuesta.
«Es un trabajo bastante pesado y muy sacrificado también, porque las minas están en lugares (a los) que no llega población, hay poca agua», explicó.
«Estoy captando la esencia de esa soledad, estos colores tristes, pero compensándola con los lamés, los dorados, sacando la silueta masculina, llevándola a algo muy femenino que es mi impronta», agregó.
Las fuerza de las modelos de Coo se notaba al caminar en calzado inspirado en las botas mineras, pero con un tacón de casi 20 centímetros que en ocasiones presentó a juego con calentadores.
La creativa también revisó el estilo de los mineros de antaño y creó versiones femeninas de sus camisas de trabajo y las siluetas holgadas de los overoles, que estilizó con varios cinturones dorados.
Coo dijo que su línea no pretendió ser una referencia directa a la angustiante experiencia de los mineros en 2010.
«Está inspirada en lo que es la minería en sí, en cómo se comportan la Tierra con los materiales y la mezcla de colores que es bien interesante», dijo Coo. «La idea inicial de hecho era hacer 33 pasadas, pero no se podía porque eran muchas (…) así que deseché un poco la idea de la tragedia y no me quise poner tampoco tan lúgubre».
El segundo desfile después de que ganara el programa «Project Runway Latin America», que transmite el canal Glitz y que tendrá una tercera temporada este año, estuvo dominado por tonos neutros y negros con acentos dorados y aplicaciones brillantes, que dieron un toque sofisticado.
La diseñadora de 23 años tradujo con éxito estos elementos en un vestido de noche con una transparencia sutil que asemejaba un escote en «U» y acentuaba el torso con lentejuelas.