LA HAYA / Agencia AP
Al inicio del proceso declaró que durante la guerra «estaba defendiendo a mi gente y mi país».
Cuando el principal juez Alphons Orie le preguntó si entendía sus derechos como sospechoso ante el tribunal de crímenes de guerra para la antigua Yugoslavia, Mladic declaró que estaba gravemente enfermo y que necesitaba más tiempo para entender los cargos.
Con brusquedad respondió a Orie que no quería que ni una «sola carta o sentencia» de las acusaciones fueran leídas en la corte. Y cuando se le preguntó si quería hacer una declaración, Mladic dijo que no quería responder a «repugnantes acusaciones» y «monstruosas palabras».
Mladic pidió que la audiencia entrara en sesión privada —para que ni el público ni los medios pudieran escuchar sus declaraciones— para hablar sobre su salud.
Su familia informó desde su arresto la semana pasada que el ex general había sufrido dos ataques cardiacos cuando se hallaba prófugo luego de ser acusado de genocidio y crímenes por la guerra en Bosnia entre 1992 y 1995.
Mladic aparentemente no podía usar su mano derecha durante la audiencia y arrastraba ligeramente la voz. Los guardias tuvieron que ayudarle a colocarse un auricular para que escuchara en serbio la traducción simultánea.
El juez Orie, sin embargo, leyó un resumen de la acusación de 38 páginas y los 11 cargos.
Después de que Mladic dijo que no formularía una declaración, Orie informó que el ex militar tiene 30 días para hacerlo y programó una nueva audiencia para el 4 de julio. Si Mladic se sigue negando, la corte presentará la declaración de inocencia en su lugar.
La presentación de Mladic en el tribunal de La Haya es la primera aparición en público que hace el ex militar tras ocultarse hace 16 años, cuando fue acusado de genocidio y crímenes de guerra.
En tanto, víctimas de la guerra en Bosnia entre 1992 y 1995 comenzaron a reunirse afuera de una sala judicial para esperar el inicio del juicio a Mladic.
Algunas víctimas están preocupadas de que Mladic, de 69 años, se encuentre demasiado enfermo como para enfrentar el largo proceso judicial que inicia el viernes.
Axel Hageldoorn, un abogado que representa a las víctimas, dijo que «es un gran alivio que finalmente él fuera llevado a tribunal. Pero estamos un poco preocupados de que esté demasiado enfermo para seguir el juicio hasta el final y que no haya un veredicto».