Misa crismal


El Cardenal Rodolfo Quezada Toruño pidió respeto para la Iglesia Católica ante la presencia de nueva secta en el paí­s.

La Iglesia Católica mencionó que son las autoridades las que deban permitir el ingreso o no a nuestro paí­s del lí­der de la secta Creciendo en Gracia.

Cindy Quintanilla

El cardenal Rodolfo Quezada Toruño se manifestó esta mañana demandando respeto a la Iglesia Católica de parte de los simpatizantes de la secta Creciendo en Gracia.

El Arzobispo argumentó desconocer la visita próxima que tiene programada José Luis de Jesús Miranda a nuestro paí­s, programada para la segunda quincena de este mes.

Al consultársele acerca de la postura de la Iglesia Católica al respecto de la mencionada visita, del lí­der de la secta, el Cardenal explicó que deben ser las autoridades gubernamentales quienes analicen la viabilidad o no del ingreso a territorio guatemalteco de quien se autodenomina el «Anticristo».

El lí­der de la Iglesia Católica, comentó que no se oponen al nuevo movimiento religioso, indicando que la Constitución otorga el derecho de la libertad de cultos.

«Cada persona puede profesar su fe como crea conveniente, siempre y cuando se respete las otras denominaciones», expresó Quezada Toruño.

Las declaraciones del Cardenal se dieron luego de finalizar la misa crismal ofrecida en Catedral Metropolitana, donde se consagró los Santos í“leos, los cuales son utilizados durante todo el año para realizar bautizos, confirmaciones y para la ordenanza de sacerdotes.

La secta

José Luis de Jesús Miranda es un puertorriqueño residente en Estados Unidos. Según cuenta su experiencia, un dí­a, cuando viví­a en Massachussets, fue transportado por dos seres celestiales ante la presencia de Jesús, y éste se fusionó en su cuerpo, convirtiéndose en ese momento en uno mismo.

En Miami, apenas inició con unos 500 simpatizantes, pero actualmente en Latinoamérica se calcula que tiene alrededor de unos 100 mil adeptos. Centroamérica ha sido una de las regiones en que ha querido introducir sus creencias.

En El Salvador y en Honduras han existido grandes polémicas por su presencia.