Mirella Beverini «coincide» en El Attico


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Mañana, a las 10:00 de la mañana, en El Attico (4ª. avenida 15-45 zona 14), se inaugura la exposición Coincidencias de la artista Mirella Beverini, la cual estará abierta hasta el 23 de julio.

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POR MARIO CORDERO íVILA
mcordero@lahora.com.gt

Beverini es una arquitecta profesional con especialización en Museografí­a, y experta en remodelaciones y diseño de mobiliario. Esta experiencia la traslada a su arte, en el cual se evidencia su oficio en la maniobra de materiales para la restauración. Es catedrática en la Universidad Francisco Marroquí­n, del curso de Comunicación Gráfica I, en la Facultad de Arquitectura. Como artista, ha participado en las exposiciones colectivas de Junkabal de 2007, 2008 y 2009.

De acuerdo con la crí­tica de arte Silvia Herrera Ubico, esta arquitecta llena sus venas “con sangre de artistas por coincidencias genealógicas, preocupada y ocupada con el orden de las cosas, polifacética –ha pasado de ser catedrática universitaria por más de 10 años a la museografí­a, a los collares, al tricot, al coleccionismo de cosas pequeñas–, Mirella finalmente se ha decidido a presentar una serie de obras que viene trabajando desde hace tiempo”.

EXPOSICIí“N

“Tejidos y armados con perfección y minucia, estos pequeños dibujos tridimensionales cuidadosamente fondeados con crayón, delatan ese mundo suyo donde coinciden el orden y la medida con el inesperado desorden que se forma al armarlos. Caos y cosmos coinciden y se revelan en estructuras que recuerdan a los constructivistas rusos y alemanes, pero que se imponen con la originalidad, el sello de lo contemporáneo y de lo bien hecho”, comenta Herrera Ubico sobre la exposición Coincidencias.

También, para la crí­tica de arte, Isabel Cofiño, la obra de Mirella habla un lenguaje que yo conozco y que en mí­ ejerce un encanto: La perfección de la matemática. Los cí­rculos en los que una lí­nea empieza y termina en el mismo lugar; los cuadrados que tienen todos los lados y ángulos iguales, los factores que dan el mismo resultado aunque se cambien de orden, el razonamiento matemático que se construye como si fuera una escalera perfecta de argumentos hasta llegar a una conclusión.
 
“Estas obras presentan formas que me son familiares, conceptos que he aprendido. Las analizo y veo que los hilos trazan las rectas tangentes a las curvas, que son la expresión gráfica de las derivadas de la función, valuadas en puntos sucesivos. Las diminutas separaciones entre los hilos son las deltas, los incrementos entre una tangente y otra. Las curvas son las secciones cónicas, las orillas de las figuras que quedan al cortar un cono con un plano”, expresa Cofiño sobre la obra de Beverini.
 
“Estas obras emocionan por la composición de sus formas perfectas, la precisión de los hilos tejidos, sus colores y sus sombras, sus dimensiones traslapadas, la manera como sus elementos se conjugan en algo bello. Luego los matemáticos como yo buscan la coincidencia con las curvas geométricas y sus rectas tangentes…”, concluye.