Minorí­as tienen más acceso a la web


Cuando comenzó la revolución de las computadoras hace algunas décadas, hispanos y negros tení­an muchas menos posibilidades de contar con una de esas máquinas maravillosas. Luego, cuando la internet cambió la vida, esos grupos tení­an menos acceso a la web y conexiones más lentas.


En la actualidad, cuando la tecnologí­a permite tener alta tecnologí­a de bolsillo, hispanos y negros tienen más acceso que el resto de la población a la web mediante teléfonos celulares y usan sus teléfonos con mayor frecuencia para hacer más cosas.

Pero está surgiendo un nuevo patrón de división social, en el que esos grupos nuevamente salen perdiendo, por acceder a la red solo a través del teléfono, no de una computadora personal.

Cuesta llenar una solicitud de trabajo en un teléfono y los investigadores perciben signos de una segregación en lí­nea que perpetúa las divisiones del mundo en general. Notan también que hispanos y negros usan su acceso a la internet más que nada para entretenerse.

El 51% de los hispanos y el 46% de los negros incursionan en la internet a través de sus teléfonos, comparado con el 33% de los blancos, según una encuesta de julio del año pasado del Centro Pew.

El 47% de los hispanos y el 41% de los negros enví­an correos electrónicos desde sus teléfonos, comparado con el 30% de los blancos. El porcentaje de personas que ingresan a Facebook a través de su teléfono es del 36% entre los hispanos, 33% entre los negros y 19% entre los blancos.

Los blancos siguen teniendo más acceso que negros e hispanos a conexiones de banda ancha en casa, pero el porcentaje de personas que poseen una computadora portátil es similar en los tres sectores.

Un mayor acceso y uso es bueno, ¿verdad? No necesariamente.

«No sé si hay que celebrar. Todaví­a hay muchos desafí­os por delante», afirmó Craig Watkins, profesor asociado de la Universidad de Texas en Austin y autor de «The Young and the Digital». «Tenemos una participación mucho mayor, pero hay que ver qué tipo de participación, lo que la gente está haciendo con ese acceso».

Tyrell Coley, un empleado de supermercado de 21 años, aprovecha su acceso más que nada para divertirse. En diciembre inició una conversación por Twitter sobre lo que necesitan las mujeres, que fue el tema más discutido de ese dí­a.

«En Twitter siempre está pasando algo, algún drama», dice Coley. «Es una red social muy buena para pasar el rato. Si te aburres, ve a Twitter. Te ayuda a pasar el tiempo».

Coley es de raza negra, lo mismo que la mayorí­a de sus 3.756 seguidores de Twitter. Aproximadamente el 25% de los usuarios de Twitter son negros, un porcentaje que es el doble del porcentaje de negros que hay en el paí­s, según un estudio de febrero de 2010 hecho por Edison Research and Arbitron.

Muchos de los temas más populares de Twitter fueron iniciados por negros. Coley fue el responsable de varios, incluidos «nopuedesserfeo» y «tonterí­asquedicelagente», que puso en marcha desde su iPhone. Coley usa su teléfono para el 80% de sus actividades en internet, una de las cuales es ver programas de televisión. Otra es comprar zapatillas en eBay.

Esta tendencia es alarmante para Anjuan Simmons, un ingeniero negro y consultor de tecnologí­a que participa en blogs, tweets y usa Facebook «más de lo que mi esposa quisiera». Simmons espera que hispanos y negros aprovechen su acceso a la red para generar contenido, no sólo para consumirlo.

«Â¿Qué hacemos con este acceso que tenemos? ¿Lo usamos solo para enviar correos electrónicos, bajar contenido para adultos, enviar textos tarde en la noche?», preguntó. «Â¿O lo usamos para discutir ideas y hablar con gente con la que normalmente no podemos hacerlo?».

Simmons dice que ha hecho contactos profesionales y encontrado trabajos a partir de los medios sociales, pero admite que cuando empezó a usar Twitter, lo que más lo atrajo fue la posibilidad de conectarse con otras personas de raza negra.

«(Los negros) nos sentimos como si fuésemos de la familia. Por más que no nos conozcamos, nos decimos «hermano» y «hermana»»», expresó.

Facebook y el acceso a la internet son lo que buscan la mayorí­a de los clientes de Miguel Amador en los dos negocios que tiene en barrios hispanos de Camden, Nueva Jersey. Hace cinco años, el grueso de sus ingresos lo generaba la venta de CDs. Ahora el producto de más venta es un teléfono MyTouch 4G, que cuesta 499 dólares.

Amador vino de la República Dominicana hace 20 años. Usa una laptop en su casa y una computadora personal en sus negocios y para actualizar sus dos cuentas de Facebook, una personal y otra orientada a sus clientes.

Admite que los teléfonos son más limitados que las computadoras. «Son más que nada para distraerse. Sospecho que la gente no está enterada de lo que puede hacer la internet en tu vida. Lo único que les importa es que se pueden distraer con ella».

«La gente sin internet se pierde un 65% de las oportunidades que se te presentan en la vida», sostuvo.

El acceso a la internet a partir de un teléfono celular no iguala a todo el mundo. Aaron Smith, investigador del Pew, dice que hay muchas limitaciones a lo que puede hacer uno con un teléfono. Actualizar su resumen de vida, por ejemplo.

«Las investigaciones indican que la gente que se conecta en la casa, con una computadora, participa en muchas más cosas que las personas que se comunican en el trabajo, desde la casa de un amigo o usando un teléfono», manifestó.

Peter Chow-White, profesor asistente de comunicaciones de la Universidad Simon Fraser y autor de la antologí­a «Race After the Internet (La raza luego de internet), opina que hay una relación muy directa entre el acceso a la banda ancha y la posibilidad de negros e hispanos de hacerse oí­r.

«Mientras haya desigualdades estructurales en la sociedad, las habrá en la internet», afirmó. «La internet no funciona al margen del resto del mundo. Está muy conectada con la vida diaria y con las instituciones sociales».

Facebook dice que el 11% de sus usuarios en Estados Unidos son negros y que los hispanos son el grupo de más crecimiento en ese medio. Hoy representan el 9% de sus usuarios, comparado con el 3% de 2006.

Amador opina que esa tendencia, junto con un mayor acceso en general a la internet, aceleran el proceso de asimilación de los hispanos al conectarlos con amigos y parientes de sus paí­ses.

«Cuando estás lejos de algo, lo ansí­as mucho, pero ahora que nos sentimos más cerca, nos sentimos al mismo tiempo más cómodos aquí­», declaró.