Ministros a defender al Presidente o ¿Al revés?


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En varias ocasiones hemos visto al Presidente de la República salir en defensa de sus ministros y allegados, me llama poderosamente la atención porque según yo, en mi poca experiencia, debería ser al revés en el sentido que deberían ser los ministros de Estado quienes salgan en su propia defensa y en aras de mantener indemne al régimen oficialista y al propio Presidente.

Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt


Esa incertidumbre se hace mayor ahora que es el mismo Pérez Molina quien dice que el INDE tiene sus propios reglamentos y no se encuentra regido a la Ley de Compras y Contrataciones, y que por tanto la explicación que su ministro de Energía y Minas le dio es clara y suficiente. Además, añade que por el tiempo, no se puede esperar para realizar las contrataciones.

Con frecuencia Pérez Molina se deja llevar por el entusiasmo de los micrófonos y grabadoras y cuando renunció Marinus Boer dijo que había cosas que no estaban bien y ahora que la Contraloría General de Cuentas, en una rara pero positiva actitud, acusa a un Ministro de Estado, resulta que con prontitud el mandatario nos dice  todo se debe a una confusión y que lo único que debe hacerse es que el funcionario se reúna con la Contralora, le explique y listo.

Siempre me ha llamado la atención la personalidad de nuestro gobernante, porque para unas cosas es sumamente firme y tajante y para otras, parece ser muy permisivo y la pregunta es ¿por qué? Resulta que tenemos un presidente capaz de plantarse ante los Estados Unidos y sugerir que la lucha contra las drogas sigue un modelo agotado y es capaz de dar un giro en la política exterior del país y reconocer el Estado Palestino, pero en temas de transparencia no tiene esa misma determinación.

Nunca entendí cómo era que el mismo Presidente se convirtió en adalid del usufructo de la portuaria basándose únicamente en lo que el Interventor de la misma le había dicho, tal y como ahora sucede con el ministro. ¿No debería un Presidente, llamado a ser estadista, ser más cauto, menos confiado y dejar que las instituciones investiguen y hagan su trabajo? ¿Qué es lo que hace que nuestro gobernante tenga esa actitud?

Otra cosa que me llama la atención, es que si ya se sabe que existe un sistema paralelo que todo lo arregla y que al final de cuentas, termina apañando las cosas ya sea por dinero o influencias, ¿por qué nuestro gobernante sale a decir que todo se debe a un “malentendido”? No ayuda a la institucionalidad del país el hecho que Pérez Molina rápidamente reaccione sin dejar que las instancias funcionen.

Lo mismo hizo la Vicepresidenta con Arnoldo Medrano, pues ella declaró que todos los partidos tenían gente mafiosa en sus alcaldías pero resulta que ahora que Medrano está ligado a proceso se le defiende tácitamente, se le protege y sigue siendo un poderoso miembro del partido oficial. ¿Será que la explicación de Medrano también lleva el mensaje de que el Ministerio Público no entiende cómo es que se hacen los negocios y que todo se debe a una confusión?

Hay un dicho que dice “con amigos así para qué quiere uno enemigos” y algo similar parece estarle pasando al Gobierno, puesto que muchos de sus actores los meten en problemas diarios que no terminan en escándalos y causas penales simplemente, porque como bien dijo Medrano, “aquí no pasa nada”.

La voracidad de los políticos va de la mano con la indiferencia y a veces, con la complicidad ciudadana y mientras eso persista, seguirá teniendo razón Medrano, pues aquí no pasará nada y como dijo Pérez Molina, todo serán malos entendidos.