El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, defendió hoy en Bremen (norte de Alemania) su decisión de visitar el lunes y martes próximos Cuba, considerando a su viaje «necesario» en «un momento importante para el futuro» de la isla.
«La visita era necesaria en un momento importante para el futuro de Cuba y el futuro de las relaciones entre Cuba y España», dijo Moratinos al margen de una reunión informal de dos días con sus homólogos europeos, a quienes informó sobre el viaje.
Moratinos señaló que esta visita bilateral, la primera de un canciller español a La Habana desde 1998, «se enmarca en el deseo de tener un diálogo fluido y firme con las autoridades cubanas», asumido por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero cuando llegó al poder en abril de 2004 y cambió la política de aislamiento hacia la isla del conservador José María Aznar.
Para Moratinos, «España no puede estar ausente de Cuba» y debe manenter su «capacidad de interlocución» con La Habana, en momentos en que se cumplen ocho meses de la ausencia de la escena política de Fidel Castro, quien por enfermedad delegó la presidencia en su hermano Raúl.
El responsable español señaló que no tiene previsto entrevistarse con Fidel Castro, según su agenda preliminar que aún no está cerrada.
«En principio no está previsto que me encuentre con el comandante Fidel Castro», dijo, asegurando en cambio que sí tiene pensado mantener reuniones con «los responsables políticos que han asumido» en su lugar.
En medio de las críticas de la oposición conservadora española por este viaje, Moratinos reiteró que el gobierno socialista considera necesario mantener el «diálogo» para «tener capacidad de influencia» sobre las autoridades cubanas, por ejemplo para mejorar la situación de los derechos humanos o avanzar hacia la democratización del régimen.
«Tuvieron ocasión de llevar a cabo su agenda durante mucho tiempo, con pocos resultados. Nosotros tenemos nuestra agenda, que la mayoría de los ciudadanos entiende, y no voy a estar condicionado», aseguró.
Moratinos viajará acompañado por las secretarias de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, y de Cooperación Internacional, Leire Pajín, pero también por otros altos cargos ministeriales que no suelen aparecer ante las cámaras.
Uno de ellos será el director general para Iberoamérica, Javier Sandomingo, que podría permanecer un día más en Cuba para entrevistarse con dirigentes de la disidencia y abordar el espinoso asunto de los derechos humanos.
En momentos en los que la UE comienza a debatir la renovación o no de la suspensión de las sanciones que había aplicado a Cuba por la detención de 75 opositores en 2003 y que quedaron sin efecto desde enero de 2005, Moratinos reiteró que España confía en mantener la política común europea de diálogo con La Habana.
«Creemos que en estos momentos hay que dejar a los cubanos que ellos mismos definan su estrategia en el futuro», afirmó, apostando a que la UE renovará en junio próximo la suspensión por un año de las sanciones, un acercamiento muy resistido por algunos Estados miembro como República Checa y Polonia.
En ese sentido, Moratinos dijo que España no se niega «a discutir nada» con sus socios, pero que considera tener «algo que decir y algo que aportar» sobre la cuestión cubana dentro de la UE.
«Después de mi viaje a Cuba tendré las ideas más claras, cuáles son las posiciones», continuó el ministro, que recibió muestra de «interés» y «apoyo» hacia su viaje de parte de sus homólogos de los 27 en Bremen.
Los cancilleres europeos «mostraron todos su interés y su apoyo a este viaje y están todos ilusionados con que les cuente posteriormente mis impresiones y conclusiones», aseguró.