Ministro de Sarkozy niega conflicto de intereses


El ministro francés de Trabajo, Eric Woerth, negó el jueves las sospechas de conflicto de intereses y de financiación polí­tica ilegal, al ser interrogado durante ocho horas por la policí­a por sus ví­nculos con el escándalo en torno a la heredera de L»Oreal, indicó su abogado a la prensa.


Woerth, ministro de Presupuesto hasta marzo de 2010, actual titular de Trabajo y desde hace ocho años tesorero del partido en el poder en Francia, la UMP de Nicolas Sarkozy, fue interrogado durante casi ocho horas en la sede ministerial por agentes de la brigada financiera de la policí­a francesa.

«En ningún momento el señor Woerth intervino para que su esposa fuera contratada» por Patrice de Maistre, gestor de la fortuna de Liliane Bettencourt, la mujer más rica de Francia, indicó a la prensa al término de la audición el abogado del ministro, Jean Yves Leborgne.

Maistre, dijo dí­as atrás a la policí­a que el ministro le habí­a solicitado en 2007 que «aconsejara» a su esposa sobre su carrera. Meses después, Florence Woerth, era contratada en la pequeña empresa que gestiona la fortuna de Bettencourt, la tercera de Francia, de unos 16 mil millones de euros.

«En cuanto a la financiación polí­tica, con vigor y energí­a, negó haber recibido cualquier financiación polí­tica que no fuera conforme a la ley», sostuvo el abogado.

La ex contable de Bettencourt, Claire Thibout, dijo a la policí­a y a la justicia que en 2007 Maistre entregó 150 mil euros en efectivo a Woerth para financiar la campaña presidencial de Sarkozy, alcalde durante 20 años del lujoso suburbio de Neuilly donde vive Bettencourt.

Como tesorero de la UMP y de la campaña de Sarkozy, Woerth creó el denominado «primer cí­rculo» que reúne a las grandes fortunas entre las cuales recaba fondos, que legalmente no pueden superar los 7.500 euros por año para un partido y los 4.600 euros anuales para un candidato.

El abogado del ministro calificó de «mentiras y fantasmas» las alegaciones que atribuyen a Woerth otra forma de obtener financiación polí­tica.

El interrogatorio de Woerth en calidad de testigo comenzó poco antes de las 09H00 locales (07H00 GMT) en la sede del ministerio, en el sur de Parí­s y concluyó hacia las 16H45 locales (14H45 GMT). Leborgne dijo que fue largo porque «Eric Woerth quiso dar todas las explicaciones», pues «era la ocasión de poner fin» a «las alegaciones y sospechas» en su contra.

En reiteradas ocasiones el ministro se habí­a declarado «impaciente» por prestar declaraciones a la policí­a.

Woerth, de 54 años, fue vinculado al caso Bettencourt -inicialmente una disputa familiar entre madre e hija en la que está en juego una inmensa fortuna- luego de que su nombre y el de su esposa aparecieran mencionados en unas grabaciones clandestinas de conversaciones de Liliane Bettencourt con sus asesores, entre éstos Maistre.

En ellas se hablaba de evasión fiscal, de la intromisión del Elí­seo (sede de la presidencia) en el caso judicial que enfrenta a Francoise y Liliane Bettencourt, y de los ví­nculos con el ministro Woerth y su esposa.

El caso Bettencourt, que en seis semanas alcanzó públicamente a las más altas esferas del poder en Francia, arrancó en diciembre de 2007, cuando la hija de la heredera del lí­der mundial de cosméticos demandó al fotógrafo mundano Francois Marie Banier, de 63 años, al que acusó de manipular a la multimillonaria que le hizo donaciones por 1.000 millones de euros.

Tras el interrogatorio de Woerth y la inminente llegada de las vacaciones de verano (boreal), el gobierno confí­a en que este caso deje de envenenarle la vida cuando faltan menos de dos años para las próximas presidenciales.

«Nadie puede saber absolutamente nada» sobre lo que ocurrirá, opinó el politólogo Stephane Rozes.

Para Roland Cayrol, fundador del instituto CSA, «lo único que puede esperar el gobierno es (…) que ni el fiscal ni la prensa encuentren alguna otra cosa» para revelar sobre este caso en torno a la mujer más rica de Francia.