Un aporte económico voluntario que las grandes empresas mineras que operan en Perú se comprometieron a dar para la lucha contra la pobreza avanza lentamente y con dificultades, según un informe de las autoridades del sector Energía y Minas.
En general el avance del Programa Minero de Solidaridad con el Pueblo (PSMP) -denominado así tras un acuerdo entre el gobierno y las mineras suscrito en diciembre de 2006- «es aún lento» en su ejecución en el período 2007, de acuerdo al informe de la estatal comisión sectorial que administra ese aporte.
El proceso afronta tropiezos como el «lento proceso para comprometer los fondos de las empresas», hecho que se agrava con la falta de información que es entregada con retraso.
A ello se agrega que un tercio de las empresas no ha iniciado o ha iniciado de manera muy incipiente sus acciones y que las obras que se ejecutan para beneficio de las regiones donde operan las mineras no obedecen a un plan de desarrollo local.
Se estima que en un plazo de cinco años las mineras otorguen un aporte voluntario total cercano a los 800 millones de dólares (unos 2.200 millones de soles), una estimación que corresponde al 3% de las utilidades que cada multinacional minera obtiene anualmente.
A noviembre de 2007 el fondo llegó a 518 millones de soles (185 millones de dólares) de los cuales las empresas sólo habían comprometido el 41% con una ejecución de 15% que es considerado como un avance «no muy significativo».
El acuerdo con las mineras para dar el aporte voluntario fue muy celebrado por el gobierno en el momento de su suscripción pero criticado por la oposición peruana, especialmente por el líder opositor nacionalista Ollanta Humala, quien señaló que el gobierno estaba «pasando el sombrero entre las trasnacionales para recibir una limosna».
La principal crítica opositora indicaba que el gobierno del presidente Alan García estaba abdicando de su facultad de obtener ingresos mediante un impuesto a las regalías mineras, que hubiera permitido obtener mayores ingresos que los calculados en el óbolo empresarial.
La lentitud en la entrega del aporte voluntario llevó al presidente García a pedir este lunes a los empresarios del sector a «focalizar mejor ese aporte» y no invertir esos recursos en 10.000 pequeñas obras que no dan desarrollo, sino en otras de mayor magnitud que pueda observar la población.
El aporte previsto para este año asciende a 195 millones de dólares debería orientarse a la compra de tractores, vehículos para hacer carreteras o represas, según el mandatario.
La Sociedad Nacional de Minería y Petróleo estimó que la propuesta del mandatario para tractores o reservorios es una «crítica sana o una expresión de aliento» pero que no se sabe si resulta viable.
La minería es considerada como el motor de la economía peruana y representa el 55% del total de ventas al exterior de Perú.
En el acuerdo intervienen mineras dedicadas a la extracción de cobre, estaño, hierro, oro, plata, plomo y zinc. Perú es quinto productor mundial de oro y posee la mayor mina aurífera de América Latina.
La estadounidenses Newmont y Doe Run y la canadiense Barrick Gold, figuran entre las signatarias del acuerdo.