Siete integrantes de un grupo de elite de la Armada de Estados Unidos, entre los que había un participante de la misión para atrapar a Osama bin Laden, fueron castigados por revelar información secreta, informaron fuentes militares. Otros cuatro integrantes del grupo conocido como SEAL están bajo investigación por posibles infracciones similares, indicó un oficial el jueves.
Por ROBERT BURNS
WASHINGTON / Agencia AP
Los militares habrían divulgado información secreta al fabricante de un videojuego llamado «Medal of Honor: Warfighter».
Cada uno de los siete recibió una carta de reprimenda y una confiscación de parte del sueldo de dos meses. Estas medidas por lo general entorpecen el ascenso de un militar durante su carrera.
El subcomandante del Mando Naval Especial de Guerra, vicealmirante Garry Bonelli, reconoció en un comunicado que no se han impuesto castigos judiciales por las conductas inapropiadas, aunque no dio más detalles.
«No toleramos desviaciones de las políticas que gobiernan a los que estamos aquí y lo que hacemos como marinos en la Armada de Estados Unidos», declaró Bonelli. El oficial aludió a la importancia de no revelar acuerdos confidenciales que firman los SEAL.
El proyecto de videojuego y la relación de los SEAL con él se conoció por la investigación de un libro de Matt Bissonnette, un miembro retirado del Equipo 6 del grupo de elite. Ese militar participó en el operativo contra Osama bin Laden y luego publicó el libro, dijeron oficiales que hablaron con la condición del anonimato porque no tenían autorización de hablar de la investigación.
Las dos principales quejas contra los marinos de elite señalaban que no buscaron el permiso de su comando para participar en el proyecto del videojuego y que mostraron a diseñadores del mismo equipo de combate especialmente diseñado para su unidad, indicó un mando militar.
Los SEAL han destacado atípicamente en las noticias este año.
Bissonnette, quien participó en el operativo en Abotabad, Pakistán, pero después se retiró de los SEAL, escribió un relato de primera mano bajo el seudónimo de Mark Owen, pero se metió en problemas con el Pentágono incluso antes de que fuera publicado en septiembre. El Pentágono lo acusó de revelar información secreta y de infringir los acuerdos confidenciales que firmó como SEAL. Bissonnette rechaza la acusación.
El contralmirante Sean Pybus, jefe del Comando Naval Especial de Guerra, dijo que al «pregonar detalles de una misión» y vender otra información sobre entrenamiento y operativos de los SEAL en el libro, Bissonnette puso a la fuerza y sus familias en riesgo.