Milicianos refuerzan a insurgentes


Los insurgentes islamistas somalí­es reciben un número creciente de refuerzos extranjeros, alentados por Osama bin Laden, que estarí­a buscando una implantación duradera de su red Al- Qeda tras el retiro del ejército etí­ope.


Somalia albergarí­a actualmente unos 450 combatientes extranjeros que operan con los shebab, un grupo de islamistas radicales que lidera una sangrienta insurrección desde 2006.

El número de combatientes extranjeros aumentó mucho en 2009 en Somalia, donde sólo habí­a antes un puñado de ellos, buscados por sus presuntos lazos con la red terrorista Al Qaida y aprovechando la anarquí­a que reina en el paí­s para esconderse.

«Habí­a tal vez 100 extranjeros el año pasado, pero ahora nuestro cálculo asciende a 450», explica a la AFP Ismail Haji Noor, un ex responsable de seguridad que creó su milicia para combatir a los shebab y a sus alidados.

Según Noor, los yihadistas extranjeros vienen de Estados Unidos, de Europa, Oriente Medio y Asia y entran en el paí­s por vuelos regulares hacia la región semiautónoma de Somaliland (norte).

La mayorí­a están concentrados en Garowe, «capital» de la región autoproclamada de Puntland, en Baidoa, sede del Parlamento somalí­ (a 250 km al oeste de Mogadiscio), y en los puertos de Merka y de Kismayo (sur).

«Hay un riesgo, que es tomado muy en serio, de que lancen operaciones más allá de Somalia», se inquieta un diplomático basado en Nairobi.

Privados de sus enemigos etí­opes, que a fines de enero pusieron fin a dos años de intervención militar en Somalia al lado del gobierno, los shebab se han acercado a Al Qaida, según fuentes de inteligencia.

Un «gabinete» de diez miembros incluye ahora a somalí­es que pasaron por los campos de entrenamiento en Afganistán, entre ellos Mukhtar Robow, principal portavoz del grupo, así­ como también sauditas y sudaneses, y a Fazul Abdulá, nativo de Comores, buscado por su implicación en los atentados, reivindicados por Al Qaida, contra las embajadas de Kenia y Tanzania en 1998.

«Sus objetivos van a ser Kenia, Yibuti y Etiopí­a. Las potencias occidentales van entonces a dedicarse a proteger a esos paí­ses vecinos en lugar de resolver los problemas internos del paí­s», se preocupa Noor, estimando imperativo consolidar el poder del nuevo presidente somalí­ Sharif Sheij Ahmed, jefe de los islamistas moderados.

En un reciente mensaje audio difundido por internet y dirigido a «los campeones de Somalia», Osama bin Laden llamó a los shebab a derrocar a Ahmed, haciendo temer que el grupo pase bajo «la licencia» de Al Qaida y lance acciones de envergadura.

Entretanto, los shebab consolidan su control en ciudades claves.

«Todo el mundo aquí­ sabe que numerosos combatientes extranjeros figuran entre quienes nos combaten en las regiones de Bay y Bakol», dice el coronel Adan Abdullahi, oficial de policí­a de la región de Baidoa.