Miles de fanáticos visitaron el sábado el nuevo estadio de los Marlins de Miami, un equipo transformado por su reluciente hogar y el fichaje de varios jugadores de primer nivel.
El presidente de los Marlins, David Samson, caminó entre los aficionados en la explanada del nuevo parque y a cada rato se detuvo a posar para fotografías o aceptar un apretón de manos de agradecimiento.
«El estadio es grandioso», le dijo un hombre. «Pero más vale que no jueguen mal».
Mientras su primer partido de la pretemporada es hasta el lunes, los Marlins estaban de buen humor como el clima del sábado durante el festejo anual para los aficionados. Millares de personas acudieron a darle una mirada al estadio y sumarse a la celebración de la organización que ha abierto recientemente la cartera con generosidad.
Samson, que contribuyó a hacer realidad el estadio después de casi una década de cabildeo, miraba con una sonrisa de satisfacción a la multitud presente.
«Es emotivo», dijo. «Por esto lo hicimos. Por esto pasamos por todas esas reuniones de comisiones».
Entre quienes más podían apreciar la ocasión figuraba Jeff Conine, quien jugó el primer partido de los Marlins de Florida y ayudó a que ganaran dos títulos de la Serie Mundial. Sigue en la organización como ejecutivo.
«Vaya día fantástico para los Marlins de Florida, mmm, los Marlins de Miami», dijo Conine a los aficionados durante una sesión de preguntas y respuestas. «Vamos a presentar un producto sorprendente en el terreno de juego y a ver algo de béisbol de postemporada en octubre».
Las expectativas son ahora las más grandes desde la primera temporada de los Marlins, debido en parte a las nuevas adquisiciones: los venezolanos Ozzie Guillén y Carlos Zambrano, el dominicano José Reyes, Mark Buehrle y Heath Bell .
«Es un momento muy estimulante para todos en Miami, y para los jugadores», dijo el manager Guillén a los aficionados. «Esperemos que con todo el talento que tenemos en el terreno de juego, ganemos el trofeo en 2012. Con suerte, no decepcionaremos a nadie».
El techo retráctil permaneció abierto el sábado, pero el aire acondicionado también estuvo prendido para la reunión anual de fanáticos del equipo. En la plaza detrás del plato se escuchaba salsa, mientras los curiosos admiraban en los jardines la vista de la ciudad y la escultura tropical que aparecerá cuando los Marlins bateen un jonrón.
Los pasillos del estadio estaban abarrotados por personas que hacían filas para conseguir un autógrafo de los jugadores, al igual que la tienda de artículos deportivos donde se vendían camisetas con los nombres de cuatro jugadores: Zambrano, Buehrle, el dominicano Hanley Ramírez y Giancarlo (alias Mike) Stanton.