Miles se salvadoreños salen a celebrar


Simpatizantes del FMLN celebran la batalla ganada por parte de la izquierda materializada en la elección de Funes.    AFP  José CABEZAS

«Â¡Sí­ se pudo!», gritaban los miles de militantes de la ex guerrilla izquierdista de El Salvador que salieron a las calles de las principales ciudades de El Salvador para festejar la histórica victoria de Mauricio Funes, en la elección presidencial de ayer.


«Esta vez es diferente, Mauricio Funes presidente», rezaba una pancarta gigante colocada en la tarima donde Funes, y su vicepresidente electo Salvador Sánchez Céran, ex comandante del Frente Farabundo Martí­ para la Liberación Nacional (FMLN), se dirigieron a los entusiasmados militantes en la plaza Alberto Masferrer, en el sector oeste de la capital salvadoreña.

«El nuevo amanecer de cambio llegó para El Salvador», dijo un maestro de la ceremonia, ante los nutridos aplausos de los presentes.

A la celebración, que se produjo a pocos metros de la residencia presidencial, llegó una marea roja de gente, en su mayorí­a jóvenes, que propiciaron la ajustada victoria de la ex guerrilla izquierdista, poniendo fin a la hegemoní­a de la derecha que llevaba 20 años gobernando el paí­s.

«Esta fue una victoria inteligente de los salvadoreños», declaró el principal asesor del presidente electo, Hato Hasbun.

Con el 92,02% de las actas de votación escrutadas, Funes obtení­a el 51,2% de los votos, mientras el candidato de la derecha gobernante Rodrigo ívila conseguí­a el 48,7%, una diferencia de algo más de 62 mil votos, según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) antes de suspender el recuento anoche.

Los congregados ondeaban las banderas rojas del Frente con una estrella blanca, mientras Funes dirigió el primer mensaje a su electorado tras anunciar su victoria poco antes.

«Esta es la oportunidad de los marginados, de los auténticamente demócratas», aseguró el presidente electo, un popular periodista de televisión.

Funes rindió además «un homenaje público a todos los luchadores que soñaron con un paí­s diferente».

Tras los discursos de rigor, la militancia comenzó a disfrutar de una fiesta que era amenizada por grupos musicales.

Mientras el FMLN celebraba este histórico triunfo, en la sede de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha), abundaban las caras largas y los desconsolados militantes se retiraron rápidamente a sus casas.

En San Miguel, la tercera ciudad en importancia del paí­s, donde el FMLN logró doblegar a Arena pese a que contó con el apoyo del popular alcalde Wilfredo Salgado, cientos de personas se lanzaron a la alameda Roosevelt, la principal arteria de la ciudad, como si de un carnaval se tratase.